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¿Quién se beneficia de la guerra escolar?

En diciembre de de 1983 la Confederación Católica de Padres de Familia salió a la calle para pedir un Pacto Escolar para que la Educación, con mayúscula, no dependa de la ideología del partido que esté en el poder.

En 1996 en el Palacio de Exposiciones y Congresos, más de dos mil representantes de la Escuela Católica de toda España apoyaron con sus aplausos la propuesta de su Presidente, Agustín Dosil, para lograr un Acuerdo Nacional de Educación que “pretende superar planteamientos exclusivamente de dimensiones ideológicas o partidistas frecuentemente anacrónicas”. La educación, explicó el Presidente de la CONCAPA, sigue siendo una de las asignaturas pendientes de nuestra democracia, cuando han transcurrido más de veinte años desde su instauración; ello explica la permanente conflictividad, latente o manifiesta, de los distintos sectores de la comunidad educativa.

Según el Presidente de la Confederación Católica, “hay que superar el debate escuela pública y privada; las dos son compatibles entre sí y ninguna excluyente de la otra, defender una sobre la otra es excluir a los padres que han optado por uno u otro modelo”.

El Secretario General de Educación, Eugenio Nasarre, afirmó ser partidario de estos acuerdos, recordando que la búsqueda del consenso es una de las recomendaciones del Consejo Escolar del Estado, afirmando que la polémica pública y privada no tiene justificación. Carlos Ladrón de Guevara, presidente de la Confederación Española de Padres de Alumnos, CEAPA, afirmó que su Confederación es también partidaria de un Pacto Nacional, “pero no pacto que reclaman otras organizaciones, un pacto que significa más financiación pública para sus proyectos privados”. Para la CEAPA “su pacto se asienta en un modelo de escuela financiada por el Estado, pero gestionada por toda la comunidad educativa, una escuela libre de adoctrinamiento, que potencie el espíritu crítico”.

La CONCAPA basa su propuesta de un Acuerdo Nacional de Educación, en una resolución del Consejo Escolar del Estado que blinde el sistema educativo de las ideologías de los diferentes Gobiernos, “que llegue quien llegue al poder no se interfiera con su ideología dentro de la Escuela”. La CONCAPA pretende sensibilizar a la Administración para que se reconozcan los derechos constitucionales de los padres a la libre elección de centros, que se garantice el ejercicio de esos derechos y que se haga efectiva una enseñanza gratuita en todos los centros con recursos económicos necesarios, asegurando la estabilidad del sector educativo.

Bajo el pretexto del recorte presupuestario, la CEAPA convoca una huelga general “que ponga fin a los constantes palos de ciego que está dando el Ministerio de Esperanza Aguirre”. Alentada por los Grupos parlamentarios socialista e Izquierda Unida, la protesta se plasmó en una concentración de los padres de la escuela pública y del sindicato de estudiantes ante el Ministerio de Educación.

El Secretario General de Educación, Eugenio Nasarre insistió en que no habrá recortes en la enseñanza pública y que sigue con las puertas abiertas para el diálogo. Explicó que está trabajando para lograr mejor nivel de calidad educativa aumentando el número de especialistas en primaria, mejorando la enseñanza de las lenguas y revitalizando las Humanidades.

El Ministerio se prepara para afrontar un curso que sin duda quedará macado por las movilizaciones. Frente a las manifestaciones de Nasarre sobre una imprescindible “paz escolar” para llevar a buen fin los desafíos para mejorar la calidad de la enseñanza, el Presidente de la CEAPA, Carlos

Ladrón de Guevara afirmó: “no se trata de un combate político, no hay instrumentalización partidista aunque utilicemos argumentos ideológicos, la confrontación es entre escuela Pública y escuela Privada”.

En 2020 la confrontación sigue alentándose con los mismos argumentos. La escuela privada concertada le estorba a la izquierda para sus fines. Ya están anunciadas nuevas manifestaciones del sindicato de estudiantes de la escuela pública. ¿A quién beneficia esta situación? Es evidente que a los alumnos que pierden sus clases y que están en España a la cola del fracaso escolar en Europa, no. Mientras tanto, ¿dónde está la ministra de Educación? ….. Ni se la ve ni se la espera…