El Arzobispo de Toledo don Francisco Cercos en su homilía desde la Catedral Primada de la Archidiócesis de Toledo, nos invita en el domingo de Pentecostés a presentar a Cristo a los que no le conocen a través de nuestra vida y de nuestras circunstancias.
El laico vive en las entrañas del mundo, se puede encontrar a Dios entre los pucheros como decía Santa Teresa. El Espíritu Santo nos regala sus dones primero el don de la sabiduría, que es el más importante, el don de ciencia, el don de piedad…. Vosotros sois los que tenéis que decirle al mundo a través de vuestra vida, cómo son los dones del espíritu, como los viven los cristianos comprometidos.
Primero se nos da el fruto de la alegría que es el fruto de la paz.
Es hermoso descubrir que tenemos que estar ahí encendiendo luces de esperanza, que tenemos que decir a un mundo que camina entre el pesimismo y la angustia, que con Dios todo es posible.
Cuántas veces pedimos a Dios que nos traiga la paz a la tierra. La paz es posible necesitamos confiar en Dios y el espíritu, es Dios representado por la tercera persona de la Santísima Trinidad, y los creyentes tenemos que saber salir a curar a los que sufren, en nuestro mundo desgarrado el amor es lo que puede salvarnos. Hay que pedir por la Iglesia para que nos guíe hasta la Verdad plena movida por el Espíritu Santo, que promueve la esperanza entre los hombres.
Hay que soñar que otro mundo es posible porque confiamos en la ayuda de Dios.