Los sábados y los domingos se llena de niños y de familias que disfrutan jugando con ellos. Como hay cerca un supermercado, aprovechan para hacer la compra del fin de semana.
Por la tarde, en la parte baja del parque, se juntan los vecinos con sus perros para que puedan correr y jugar. Los hay de todas las razas y colores, pequeños y grandes, pitbull, chihuahua, labrador, pastor alemán, yorkshire, schnauzer, boxer, golden, beagle, pastor belga, pastor alemán, husky, labrador, galgos. Algunos tienen que llevarlos con bozal por ser peligrosos.
El que más ladra es uno que se llama Elías; continuamente se oye gritar a su dueño: “Elías ven aquí”, es tan pequeño que lleva un farolillo en la cabeza para poder localizarlo.
Mi hija y yo nos sentamos en un banco lejos, desde donde podemos contemplar el paisaje. El césped está cuidado, anochece poco a poco. Limón, nuestro perro, se sienta con nosotros en el banco. Es un bodeguero con mezcla de jack russell blanco con las orejas negras. Es un perro pacífico en casa pero cuando sale, ladra a los perros que no le gustan y tira de la correa para atacarlo. Mi hija dice que es un macarra….
Poco a poco anochece y se encienden las farolas, los perros van subiendo la cuesta con sus amos, en el cielo las nubes ocultan la luna, se oye el zumbido de algún avión que vuela a su destino, los pájaros han ocupado sus ramas y nosotros volvemos a casa pisando las hojas de los árboles que el otoño ha empezado a sacudirse….