El día de los difuntos se visitan los cementerios. Este año, a pesar del frío intenso, hacía sol y no llovía.
El cementerio de Nuestra Señora de la Almudena es la principal necrópolis. con 120 hectáreas de extensión. Es el cementerio más grande de toda Europa occidental.
Allí están artistas como Lola Flores, su marido y su hijo Antonio. También se encuentran las tumbas de dos alcaldes de Madrid: Alberto Aguilera y Enrique Tierno Galván, escritores como Dámaso Alonso, el poeta Nobel de literatura Vicente Aleixandre, el compositor del grupo de pop-rock, Enrique Urquijo… Hay un panteón dedicado a los caídos de la División Azul y también otro a los aviadores italianos que murieron entre los años 1936 a 1939,
Después de rezar en nuestra tumba y dejar un ramo de flores, nos dimos una vuelta por el cementerio. Cerca de la entrada había un concierto y la gente iba y venía por las calles colocando flores frescas a sus familiares, retirando las que estaban marchitas.
También hay tumbas abandonadas, con las losas rotas entre la tierra movida.
En el cementerio todos somos iguales. Jorge Manrique lo expresaba en sus coplas a la muerte de su padre: …“Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordada, da dolor, cómo a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor…” …“Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir. Allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir. Allí los ríos caudales, los medianos y más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos…”
Mientras volvíamos a casa pensaba que no se había podido describir mejor la realidad.
Cuando nos imponen la ceniza en la Cuaresma, el sacerdote dice, haciendo la señal de la cruz en nuestra frente: “eres polvo y en polvo te convertirás.”