El Ebro, el puente de Piedra, la Basílica del Pilar… y el viento. ¡Porque éste siempre está presente! La capital aragonesa es un cruce de caminos perfecto. Agradable, acogedora… ¿a qué esperas para hacer en ella una parada?
Parada cuyo primer destino es indudablemente la Basílica del Pilar. Nombrar Zaragoza es asociarlo indudablemente a este templo mariano. Tiene el rango de catedral que comparte con su vecina Catedral del Salvador o Seo. La afluencia de público es una constante durante todo el día.
Nombramos la Seo y esta es nuestra siguiente parada. Está en la misma plaza que la Basílica aunque para muchos pasa mucho más desapercibida. El templo actual se asienta sobre un antiguo foro romano y una mezquita. De hecho, en su torre una gran impronta de su antiguo minarete.
El Pilar y la Seo son los dos edificios más significativos de la inmensa plaza pero no conviene irse sin echar un vistazo a la Lonja (concebido como recinto de negocios hoy es una sala de exposiciones), el ayuntamiento (con su fachada) o el Monumento a Goya (en reconocimiento al artista aragonés de mayor renombre).
Fuera de la plaza del Pilar bien andando bien en autobús es recomendable acercarse al Palacio de la Aljafería. Construido en el siglo XI es un testimonio único de la arquitectura islámica durante la época de los reinos de taifas. Junto a la mezquita de Córdoba y a la Alhambra de Granada son algunos de los ejemplos del paso musulmán por nuestro país.
¿A qué esperas para conocerla?