'MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES' - Libros a pie de calle
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‘MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES’

Y yo qué voy a contar de uno de los más grandes escritores de la literatura latinoamericana, ganador del Nobel, y exponente del realismo mágico. Pues de él poco, pero sí de ‘Memoria de mis putas tristes‘. No es la obra más conocida de Gabriel García Márquez pero tampoco es una desconocida.

Entre otras cosas, iba a decir (y voy a decir), juega a su favor que sea un texto de poco más de 100 páginas, pero lo que realmente lo empuja es que sea un libro de 100 páginas que resume la esencia pura de los últimos anhelos de un nonagenario que, visto lo visto, hoy día pueden no distar mucho de la realidad. Esta historia podría haberse alargado hasta las 300 páginas entrando en más detalles, pero no hacen falta más pistas para entender o disfrutar con lo que nos cuenta nuestro querido Gabo.

He de reconocer que siempre he sido muy de leer esos libros que todos conocen pero que no muchos leen. Este, por ejemplo. Como podría ser Niebla de Unamuno, La Busca de Pío Baroja (que me cautivó desde que descubrí El árbol de la Ciencia) o Los Pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán (y es que empiezo y no paro). Aunque es cierto que esa forma de escribir no era tan directa y nuda como puede ser ahora (odio generalizar, pero suele ser así) y si realmente quieres conectar con Márquez en ‘Memoria de mis putas tristes’, aunque apenas esperan por delante 100 páginas, hay que tomarse un tiempo para analizar lo que estás leyendo.

Hablar de estas obras me retrotrae a los años de colegio y los comentarios de texto. Cómo cada uno interpretábamos lo que le leíamos. Y, muchos años después, ahí va el mío. ‘Memoria de mis putas tristes’ es una impresionante reflexión sobre la vejez que muestra los vicios más ocultos y repugnantes y los secretos más oscuros que uno guarda, pero que analiza con total naturalidad. La historia de un hombre que, sino me equivoco, no tiene más nombre que “sabio”, “maestro” o “profesor Mustio Collado”; como le llamaban sus alumnos cuando se dedicaba a la docencia.

Todo empieza con el noventa cumpleaños de Don Mustio Collado que, se quiere dar un homenaje pasando la noche con una joven inmaculada. Sí, si tomas este texto como algo real suena repugnante. Pero acabas entendiendo que nos habla de la soledad fruto de la vejez de un hombre que no se ha enamorado nunca y que quiere seguir sintiendo.
 

“Era la misma que andaba por mi casa: las mismas manos que me reconocían al tacto en la oscuridad, los mismo pies de pasos tenues que se confundían con los del gato, el mismo olor del sudor de mis sábanas, el dedo del dedal (…) La casa renacía de sus cenizas y yo navegaba en el amor de Delgadina con una intensidad y una dicha que nunca conocí en mi vida anterior”

 

Cuando se llega a la ancianidad se es consciente de ciertos detalles que el resto no perciben. Uno es consciente de los pensamientos de quienes le rodean sobre su aspecto ajado y sus actos incomprensibles. Algo inaceptable a esa edad, porque la profesión va por dentro pero no acompaña la fachada. Una etapa vital en la que sobra tiempo para descubrir cosas de uno mismo en las que, probablemente, no habrías reparado con veinte años menos.
 

“Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia, que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por malpensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuán poco me importa el tiempo ajeno”

 

‘Memoria de mis putas tristes’ está salpicada de bellísimas descripciones que despiertan sentimientos; no necesariamente buenos, cosa buena. Son los últimos deseos de un hombre que los convierte en obsesión para agarrarse a una última esperanza de no morir solo. Y son tan pocas páginas cargadas de sentimiento que no quiero desvelar nada de la historia.
 


 
‘Memoria de mis putas tristes’

Autor: Gabriel García Márquez

Editorial: Debolsillo

Año de Publicación: 2014

Número de Páginas: 110

Precio: 9,95 €

 

¡A leer!