Una gran idea la que ha tenido Jo Nesbø de reinventar ‘Macbeth’ de William Shakespeare y trasladar historia y personajes a unos escenarios que ya existían pero nada tienen que ver. Su brillante decisión de mantener el título original de la obra, reposando sobre un nombre totalmente distinto al del dramaturgo, es lo que inevitablemente llama la atención. Eso fue lo que, navegando por el catálogo de la editorial Lumen, me hizo decantarme por este libro publicado hace ya un año en vez de sentirme atraída por alguna de las variopintas novedades de 2019 (que también, para qué negarlo).
Eso de que todo está escrito no es cierto, pero cuando alguien decide retocar algo que ya ha sido creado se suelen escuchar juicios que tratan de restar mérito al que innova. Pero es de admirar el trabajo que hace el escritor para volver a caracterizar a unos personajes que ya existen, dar un salto en el tiempo para llevarlos a otra época y lograr transmitir una impresión similar de sus ambiciones, miedos y tormentos. El autor noruego cambia los reyes, los caballeros y la nobleza por los cuerpos policiales y la política. Pero es inevitable evocar las más célebres escenas de Shakespeare al leer a Nesbø a pesar de las enormes diferencias.
“- ¿Pero qué? -Le pasó una mano por el vientre-. ¿No quieres mandar? ¿No eres un hombre, no quieres estar en la cima? ¿Te conformas con chuparles las botas a otros?
– Por supuesto que no. Pero si nos limitamos a esperar, puede que acabe en ese cargo de todas formas. Al fin y al cabo, como jefe de la sección del Crimen Organizado soy el número tres del escalafón.
– ¡No tienen intención de nombrarte director, cariño! Piénsalo. Te han designado a ese puesto para dar la impresión de que valemos tanto como ellos. Nunca te darán la dirección. No de manera voluntaria. Tenemos que asaltarla.”
En el original, esta es la conversación entre Macbeth y Lady Mcbeth, en la que se planea la muerte del rey Duncan, en este caso el jefe de la Policía. Nesbø consigue mantener la trascendencia de lo que quieren transmitir con sus palabras. Y, en general, lo consigue en todos los pasajes representativos que recupera de la obra de 1606. Como el encuentro de Banquo y Macbeth con las tres brujas o el ya citado diálogo entre el protagonista y su mujer. En este punto no hay duda, la reconstrucción de la obra está lograda pero, en mi opinión, la mayoría de los superventas tienen un defecto.
Muchas veces el escritor no sabe cuándo poner el punto y final a la historia y, por momentos, acabas perdiendo el interés. ‘Macbeth’ no se salva en este aspecto, pero, evidentemente, tiene, muchas no, muchísimas razones para que su autor esté entre los más leídos. A pesar de ese momento de flaqueza pasado el ecuador de la novela, en su peculiar versión de ‘Macbeth’, Nesbø es capaz de volver a encarrilar el relato y reavivar el interés que sentimos al comienzo.
“- Bueno, Strega -dijo Hekate-, ¿crees que la semilla que hemos sembrado en Macbeth florecerá?
– Como las ortigas, las ambiciones de los hombres siempre querrán alcanzar el sol y ensombrecerán y matarán cuanto las rodea.
– Esperemos que sea así.
– Son ortigas, no pueden evitarlo. Son tontas y malvadas. Si el primer vaticinio de la adivina se cumple, creerán ciegamente en el siguiente. Ahora Macbeth ha sabido que será el próximo jefe de la sección del Crimen Organizado. La cuestión es una sola: si Macbhet lleva en sí la ambición de la ortiga. Y la crueldad que hace falta para llegar al final del camino.”
Como suele pasar con la mayoría de los remakes, uno de los atractivos para el lector es indagar en los detalles del original que se mantienen. Así, el autor envuelve en misterio lo novedoso a pesar de que el final sea sobradamente conocido. Para los que han leído la original parten con una especie de ventaja al tener identificados a muchos de los personajes y costará menos recordar sus nombres. Porque este es uno de los inconvenientes de la novela, demasiados personajes y tramas que a veces nos hacen perder el ritmo.
Para los que todavía no se hayan adentrado en el universo de Shakespeare, tampoco pasa nada, con un poco de atención terminas enhebrando el hilo. De todos modos está bien, de vez en cuando, leer algún que otro clásico para no olvidar al referente que motivó la creación de una nueva obra literaria.
En definitiva estamos hablando de un buen libro que genera expectativas bastante altas entre los lectores. Buena ambientación, buena reconstrucción de la trama -en algún momento exagerada-, una mejor adaptación de la tragedia al género de novela policíaca y buena presentación de un personaje del que, a diferencia de la obra de Shakespeare, llegamos a admirar casi durante un tercio de la novela y que, poco a poco, se va llenando de oscuridad. Pocos motivos para no animarse a leerla.
Autor: Jo Nesbø
Editorial: Lumen
Fecha Edición: 2018
Páginas: 640
Precio: 20,90 €
¡A leer!