SERGEI ILTNISKY-EFE
Ganar una medalla olímpica en unos Juegos de Invierno es muy complicado. Pero si has nacido en España, ganar un diploma, también lo es. Queralt Castellet ha quedado séptima en “half-pipe”, la modalidad de snowboard en la que lleva luchando desde que era una niña. En sus cuartos Juegos Olímpicos, en los de Pyeongchang 2018, ha logrado su mejor resultado, un fantástico séptimo puesto que le hace volver a mejorar sus resultados anteriores. De peldaño en peldaño se va acercando cada vez más al podio olímpico, su objetivo desde que comenzó a dedicarse a este deporte que en España cuenta con poco apoyo mediático.
¡Bravo @q_castellet! Diploma olímpico en #PyeongChang con esta actuación ??
Te mereces todo lo bueno que te pase, campeona. ¡Orgullosísimos de ti!
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) February 13, 2018
La deportista de Sabadell, llegaba a Pyeongchang con el objetivo de ganar el oro, no firmaba el bronce. De haberlo conseguido, se hubiera convertido en un hito para ella misma y para el deporte español. El séptimo puesto tiene un mérito enorme, por el deporte que es, con muy poca tradición en nuestro país y también por lo que ha sufrido Castellet en este ciclo olímpico. Se llegó a plantear dejarlo todo tras la perdida de su anterior entrenador y pareja, Ben Jolly fallecido en la primavera de 2015.
EFE
La rider española no se da por vencida, quiere más. Como gran deportista que es, va a seguir intentándolo hasta que pueda. La próxima cita olímpica queda aún lejos, pero se plantea llegar a los que serían sus quintos Juegos, los de Pekín 2022. A China llegaría con casi 33 años.
El diploma de Queralt Castellet es el octavo que consigue un deportista español en la historia olímpica invernal. Si contamos el de Raquel Gutiérrez en 1992, serían nueve. Pero fue octava en un deporte de exhibición, ballet en esquí libre. El séptimo puesto de Castellet, solo es inferior a nivel femenino a los diplomas de Blanca Fernández Ochoa (diploma en dos ocasiones y bronce olímpico en 1992) y al de Maria José Rienda, sexta en los Juegos de Salt Lake City 2002.
El objetivo está marcado. La subcampeona mundial de 2015 tiene una espina clavada con los Juegos Olímpicos. A pesar de que cada vez logra mejores resultados, no ha logrado aún lo que quiere y merece. La medalla en Pekín sería el broche de oro a su carrera deportiva.