El 12 de marzo de 2018 ya forma parte de los días históricos del deporte español. La heroína se llama Astrid Fina Paredes. Ha ganado la medalla de bronce en snowboard en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Pyeongchang. Lo nunca visto en España. Nadie había logrado medalla paralímpica en ese deporte y además significa también la primera medalla para nuestro país en Pyeongchang 2018. Dos en uno en el deporte que le cambió la vida a Astrid cuando todo pintaba gris.
Fina ha estado rodeada de holandesas en el día más importante de su vida deportiva. La medalla de oro y la de plata han llegado de los Países Bajos y en la lucha por la medalla de bronce ha ganado a otra holandesa. Sus gritos de alegría al cruzar la meta son la consecuencia de un largo camino en el que ha encontrado la recompensa merecida.
Todo comenzó el 16 de octubre de 1983. Ese día nacía en Barcelona “la princesa”, “la mejor”. Son dos de los significados del nombre de Astrid. A los veinticinco años, la vida le dio un giro de 360 grados cuando era dependienta en una joyería barcelonesa. Astrid sufre un accidente de moto. Al arrancar en un semáforo en verde, un coche se la lleva por delante quedando su pie derecho enganchado entre los dos vehículos. Dos años más tarde y tras trece operaciones, le tuvieron que amputar. Ella no lo sabía, pero aquel trágico momento se iba a convertir en una oportunidad para comenzar una nueva vida. Era el año 2009. El destino le tenía preparado algo totalmente inesperado. “Cortar el pie fue la decisión más difícil de mi vida… ahora estoy encantada con la vida que llevo”
Empezó por casualidad en el snowboard. Un amigo suyo, Kiko Caballero, le dijo que estaban haciendo pruebas para el equipo español de snowboard adaptado y se apuntó. Era invierno de 2012. Dos años más tarde ya estaba participando en sus primeros Juegos Paralímpicos, en los de Sochi 2014, donde acabó en un fantástico sexto lugar, diploma paralímpico.
“Sigue tus propios impulsos y el viento te hará volar”. Esa frase la podemos ver en el perfil de Twitter de Astrid. Eso es lo que ha hecho en los últimos años de su vida y en Pyeongchang. Ha volado hasta conseguir algo inimaginable hace un lustro, ser medallista paralímpica. “El snowboard me ha cambiado la vida al cien por cien. Cuando empecé no tenía superada la amputación y ver a la gente quintándose las prótesis sin problema y hacer las cosas con normalidad, me ayudó a superarlo”. Nunca en su vida llegó a plantearse ir a unos Juegos y ya suma una medalla y un diploma.
ASÍ HA GANADO EL BRONCE http://rtve.es/v/4516718
Astrid Fina es un ejemplo a seguir. Ha perseverado, ha luchado, ha sabido sobreponerse a los momentos más duros, se ha reinventado. Eso también vale una medalla de la vida, pero no de bronce como la que ha ganado en Pyeongchang, de oro de 24 quilates. Y todo ello con una inmensa sonrisa.
Los Juegos Paralímpicos de 2018 los recordará toda la vida. Fue la abanderada en la ceremonia inaugural y ha estrenado el medallero para España con un bronce para la eternidad. El esfuerzo y el sacrificio de los últimos cuatro años ha merecido la pena. Astrid ha dedicado la medalla a su entrenador, Albert Mallol “sin él no hay medalla, se lo ha trabajado mucho y me ha aguantado. También a su madre, Gema, su pilar.
El bronce de Astrid Fina es la medalla número 42 de España en los Juegos Paralímpicos de Invierno. Ya son 15 oros, 15 platas y 12 bronces.
FOTOS: instagram @paralympics , Comité Paralímpico Español, portada Sphera Sports