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Lucha de gigantes

Eduardo Merino

Confieso que hay deportistas que me tocan la fibra sensible cada vez que compiten. Uno de ellos es Lucas Eguibar, subcampeón del mundo individual y por equipos de snowboard cross. Cuando no logra clasificarse para las finales de la Copa del Mundo o de cualquier competición, sufro como si fuera de la familia. Afortunadamente, el rider donostiarra nos tiene acostumbrados a verle entre los mejores del mundo desde hace unos años. Le queda la espina clavada de no haber logrado medalla en sus dos participaciones olímpicas. Una medalla que terminará llegando. A la tercera irá la vencida, estoy seguro. Es una especie de lucha de gigantes. Él lo es. Porque su camino de la vida ha estado lleno de obstáculos en los últimos años y ha sabido sobreponerse a las adversidades. Y porque es un excelente deportista que se deja la piel en cada competición.

Lucas Eguibar ha confesado en sus redes sociales que después de los Juegos de Invierno de Pyeongchang (puesto 33) tocó fondo, que todo lo veía muy mal. Incluso su futuro. “Pero lo bueno de caer y estar en el fondo, es que solo queda subir”, “qué ganas de volver a empezar de nuevo” ha dicho al finalizar la temporada. Esa es la actitud de ganador que transmite cuando lo vemos competir.

 

Antes de viajar a Corea, el rider español concedió una entrevista magnífica a Gemma Herrero en Mundo Deportivo. Lucas Eguibar dejó frases para guardar: “Somos tan tontos a veces, tan tontos, que no pensamos en lo preciosa y lo frágil que es la vida. Yo eso ya lo sé y ahora disfruto más de todo lo que hago y al mismo tiempo le doy importancia a lo que de verdad lo tiene”. “Sobre todo debo divertirme porque la vida a veces tiene otros planes que no tienen nada que ver con los tuyos, así que hay que disfrutar de cada día”. Toda una lección que deberíamos aplicarnos cada mañana al levantarnos.

Hay un pequeño pueblo suizo que siempre irá ligado a la carrera deportiva de Lucas Eguibar. Veysonnaz es como su segunda casa. Allí ha subido en cinco ocasiones al podio en Copa del Mundo, dos en 2015 (oro y plata) una en 2016 (oro) y dos en 2018 (bronce individual y plata por equipos).  Allí ha sellado el sexto puesto en la clasificación general individual de snowboard cross y el segundo puesto por equipos compartiendo vuelos por la nieve con el flamante medallista olímpico, Regino Hernández. 

El snowboard español lo ha vuelto a hacer. Un año más ha cosechado excelentes resultados de manera milagrosa. Las licencias de los deportes de invierno en España no alcanzan las 4.000. Si nos centramos en el snowboard son 120. El balance de la temporada 2017-2018 es magnífico. Regino Hernández ha sido bronce olímpico en Pyeongchang, décimo en la general individual de la Copa del Mundo y segundo por equipos. Lucas Eguibar ha sido bronce en dos pruebas de la Copa del Mundo (Val Thorens y Veysonnaz) , oro y plata por equipos junto a Hernández y además ha acabado el sexto del mundo y ha compartido plata por equipos. Realmente sensacional. Por si esto fuera poco, en la modalidad de half pipe, Queralt Castellet ha sido diploma olímpico gracias a un magnífico séptimo lugar en Pyeongchang y ha ganado una prueba de la Copa del Mundo (Snowmass). 

Eguibar, Hernández y Castellet son tres gigantes que luchan día a día por seguir haciendo historia en un país con apenas tradición. Lo hacen con los mejores del mundo, consiguiendo resultados enormes y haciéndonos soñar con alcanzar la cima de su deporte representando a España de la mejor manera posible.

 

FOTOS: SERGEI ILNITSKY (EFE) Y RFEDI

 

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