Con más inversión en el deporte, España mejoraría sus resultados
Barcelona 92 significó el despertar del deporte español. Las 22 medallas conseguidas por España en aquellos inolvidables e irrepetibles Juegos Olímpicos, son a día de hoy, el mejor resultado olímpico de la historia de nuestro país. Los excelentes deportistas y la inversión económica que se realizó en aquel momento, motivó que se llegara al sexto puesto del medallero, con trece medallas de oro, siete de plata y dos de bronce.
El Plan ADO, creado en 1988 para ayudar económicamente a los deportistas de élite en su preparación para los siguientes Juegos Olímpicos, ha ido disminuyendo cada vez más. Gracias al Plan ADO y a los inversores privados, España se ha situado en los primeros lugares de las mayores potencias deportivas del mundo, pero poco a poco se ha ido estancando en sus resultados. No porque nuestros deportistas sean peores que los de hace años, sino porque las ayudas que reciben no alcanzan para dedicarse única y exclusivamente a entrenar y a competir.
Para los Juegos de Barcelona 92, el Plan ADO dedicó cerca de 74 millones de euros. En cambio, para los últimos Juegos Olímpicos, los de Río 2016, poco más de 35 millones. Las medallas no han dejado de llegar, pero no es suficiente. Para 2018 el CSD (Consejo Superior de Deportes) va a dedicar más de 54 millones de euros en subvenciones a las Federaciones Españolas, es un paso adelante, son casi tres millones de euros más que en 2017, un 4,8% más. El Plan ADO para los Juegos de Tokio 2020, hasta hoy, está situado en los 22 millones de euros de ayuda. Se está trabajando para que haya más inversión privada. Para los Juegos de Río, colaboraron un total de trece empresas.
España tiene más de 46 millones de habitantes. Si lo comparamos con otras potencias deportivas, los grandes resultados se convierten en un verdadero milagro. Países que tienen muchos menos habitantes que España, superan o igualan los resultados olímpicos españoles. ¿Por qué sucede esto?, porque la inversión deportiva es mucho mayor. Tres ejemplos, Australia invierte más del doble que España y consiguió doce medallas más que España en los Juegos de Río. Canadá invierte el doble con diez millones de habitantes menos y superó a España en cinco medallas.
En el caso de Holanda, al que nuestro país casi triplica en población, los resultados son muy parecidos. Los holandeses invirtieron en 2016, veinte millones de euros más que España y sumaron dos medallas más. Holanda no solo destaca por sus resultados olímpicos de verano. En Juegos Olímpicos de Invierno se ha instalado en los primeros puestos del medallero en las dos últimas citas olímpicas. En Sochi 2014 sumó 24 medallas y en Pyeongchang 2018 ha llegado a las 20.
El caso de Gran Bretaña es el claro ejemplo de cómo ganar cada vez más medallas olímpicas. Es cierto que es una de las grandes potencias mundiales. Pero también lo es, que a nivel deportivo tocaron fondo en los Juegos de Atlanta celebrados en 1996. Desde aquel momento, comenzaron a invertir muchísimo dinero en deporte y no han dejado de sumar cada vez más metales olímpicos. Organizaron los Juegos de 2012 y en los de Río superaron sus resultados situándose en la segunda posición del medallero, solo por detrás de Estados Unidos.
España siempre se queda cerca de las veinte medallas en Juegos Olímpicos de Verano. Para la inversión realizada son resultados excelentes. Pero estamos hablando de una gran potencia deportiva. Hay que pedir más. Superar aquellas veintidós mágicas medallas de Barcelona. La educación en los colegios y fomentar el deporte entre los pequeños y adolescentes debería ser también primordial. En los últimos veinticinco años, los deportistas españoles han abierto puertas inimaginables. Sería importante que los resultados fueran superados, pero hace falta más inversión en el deporte. Más polideportivos, más gimnasios. En definitiva, más dinero.