El destino tenía guardada la medalla de oro que se les escapó aquel 9 de agosto de 1992. La selección masculina de waterpolo cayó en la final de los Juegos Olímpicos de Barcelona tras jugar tres prórrogas contra Italia y a punto de empatar en la última jugada del encuentro. El palo impidió que entrase el tiro de Miki Oca. Aquella generación inolvidable, llegó a Atlanta 96 de nuevo como candidata a las medallas. España había sido subcampeona olímpica en Barcelona 92, bronce en el Europeo de Sheffield 93, plata en el Mundial de Roma 94 (cayendo de nuevo en la final contra Italia) y quinta en el Europeo de Viena 95.
La selección española quedó encuadrada en el grupo A con rivales muy complicados: Alemania, Rusia, Hungría, Yugoslavia y Países Bajos. El primer encuentro se disputa el 20 de julio. Alemania es el primer obstáculo en la fase preliminar. Los alemanes llegaban a Atlanta tras haber logrado el bronce en el anterior Campeonato de Europa. España gana 3 a 9. El debut salvado. El primer cuarto fue determinante para el desenlace final, la selección ganaba 3-0 y 4-2 al descanso. Salva Gómez y Miki Oca marcaron dos goles cada uno.
Al día siguiente espera Países Bajos, décimos en Viena 1995. La selección española sufre para vencer. El resultado es de 7-8 para los nuestros. El partido comenzó bien con 4 goles a 1 para España, pero después las cosas se complicaron y estuvo a punto de costarle un disgusto a los de Joan Jané. Manel Estiarte marcó 3 goles aquel día.
Yugoslavia es el tercer rival para España, campeona olímpica en 1984 y 1988. Llega la primera derrota 7-9. El equipo español desaprovechó una infinidad de superioridades numéricas. Manel Estiarte marcó dos goles, pero falló un penalti a diecisiete segundos del final. Miki Oca también hizo doblete. El pase a la siguiente fase no peligra porque se clasifican los cuatro primeros de cada grupo, pero el siguiente partido es contra Hungría, la subcampeona europea en ese momento.
El 23 de julio la selección de Joan Jané cae de nuevo, 8-7 contra los húngaros. Un día más tarde España gana a Rusia 8-6 cerrando la clasificación para cuartos de final en tercer lugar. Espera en cuartos Estados Unidos, el segundo del grupo B, el sexto del Mundial del 94. España tiene que ganar, es superior, pero son los anfitriones, son los Juegos Olímpicos y puede pasar cualquier cosa. La selección gana 5-4 jugando el mejor partido del torneo olímpico y se clasifica para semifinales . España domina todo el encuentro excepto el último cuarto donde los americanos dominaron por 0-3, eso sí, el último gol lo marcaron a dos segundos del final.
Hungría que ha ganado a Grecia 12-8, es el rival. De nuevo los húngaros que ganaron en la primera fase. Pero para conseguir una medalla olímpica hay que ganar a los mejores. Llega el momento decisivo y España gana a Hungría 7-6. Un partido vibrante, duro, emocionante, con un Jesús Rollán sensacional. El portero español lo paró todo. Salva Gómez marcó cuatro goles. España salvó un momento crucial de la semifinal en el tercer período. Los húngaros se colocaron con 3 a 5 a favor. A continuación Gómez marcó dos de sus cuatro goles y todo cambió. Solo queda un obstáculo. Un partido para romper con aquel mal recuerdo de cuatro años atrás, una plata que supo a poco, porque estuvo muy cerca de ser oro, jugábamos en casa y pocas veces llega esa oportunidad de ser campeón olímpico.
Es 28 de agosto. España se juega el campeonato olímpico contra Croacia. Cuarta en el último Mundial y en el último Europeo. Rival difícil, que como nuestra selección, va a intentar conseguir la gloria en el partido más importante de su vida. España gana 7-5 y se baña en oro. Por fin llegó la medalla que esperaban desde hacía cuatro años. La que merecían . Ya eran historia del deporte español y desde ese día son leyenda, héroes olímpicos que supieron levantarse tras el mazazo de Barcelona. El oro que toda España deseó durante cuatro años ya estaba conseguido.
La final comenzó rara, Croacia se fue al descanso con ventaja de 1 a 3. Jesús Rollán hizo tres paradas salvadoras. En el tercer cuarto España ganó 4-2 y empató el encuentro. En el último período España certificó su victoria marcando dos goles más y no encajó ninguno. Manel Estiarte marcó tres goles en la final, uno de ellos de penalti. La piscina olímpica del Georgia Tech Aquatic Center abarrotada con unos 13.000 espectadores asistió a un momento histórico para el deporte español. Eternos Manel Estiarte, Jesús Rollán, Miki Oca, Salva Gómez, Pedro García Aguado, Dani Ballart, Jordi Sans, Carles Sanz, Iván Moro, José Mari Abarca, Ángel Andreo, Jordi Payá y Sergi Pedrerol. Todos ellos entrenados por otro enorme Joan Jané.
En los siguientes Campeonatos de Europa no tocaron podio, pero en los dos Mundiales posteriores al oro de Atlanta 96, España se convirtió en bicampeona mundial tras ganar en Perth 1998 y Fukuoka 2001. Una generación irrepetible hasta el 98 y otra que continuó la hazaña en 2001.