Son muchos los ejemplos de medallas de chocolate en el deporte nacional e internacional. De hecho, cada competición deportiva tiene un “ganador”. El cuarto puesto es un magnífico resultado, pero también el que más rabia da a un deportista de alto nivel. Quedarte a las puertas de una medalla olímpica, mundial, europea o nacional es una faena. Es el primer puesto después del podio, sí, pero duele mucho. Significa que estás entre los mejores, posición de finalista o diploma en el caso de unos Juegos Olímpicos, pero te deja con ganas de más y con el pensamiento de qué ha fallado para no subir un escalón más.
El deporte ofrece la oportunidad de intentar mejorar hasta subir al podio en el siguiente campeonato. Grandes deportistas españoles y el mejor de todos los tiempos han sido cuartos en alguna ocasión. Son excelentes competidores que lo han ganado todo en sus disciplinas, pero que en alguna ocasión han quedado en cuarta posición.
Dos cuartos puestos en Park City
Las últimas medallas de chocolate de deportistas españoles han llegado en el Campeonato del Mundo de snowboard celebrado en Park City (EEUU). Lucas Eguibar alcanzó la final de snowboard cross el 1 de febrero, tras haber ganado en octavos y en cuartos de final y quedar segundo en semifinales. En la final, solo uno de los riders iba a probar el sabor amargo del cuarto lugar. Le tocó al español. Solo sesenta y nueve centésimas le separaron de las medallas tras caerse en los últimos metros.
Queralt Castellet también se ha quedado muy cerca de colgarse una medalla en el Mundial de Park City el 8 de febrero. A tan solo un punto de la medalla de bronce conquistada por la estadounidense Maddie Mastro que mejoró los 81 puntos de Castellet. Los 82 de Mastro valieron el tercer lugar en halfpipe.
En ambos casos habrá más oportunidades de alcanzar la gloria mundial u olímpica. Tanto Eguibar como Castellet saben lo que es ganar una medalla en un Campeonato del Mundo. Ambos han sido ya subcampeones, pero siempre luchan por alcanzar el oro.
Martín Fiz se quedó a las puertas de la triple corona
El 4 de agosto de 1996 tuvo lugar la maratón de los Juegos Olímpicos de Atlanta. El atleta español Martín Fiz, llegaba como uno de los favoritos. Había sido campeón de Europa en 1994 y del mundo en 1995. Le quedaba un último eslabón para la triple corona. Un fallo en la estrategia le situó en cuarto lugar. “La estrategia no ha funcionado”, dijo al cruzar la meta, sabiendo que conseguía diploma olímpico. “He reaccionado tarde”, “He perdido mi oportunidad”. “De no haber sido así, podría haber sido igualmente cuarto o primero, pero al menos hubiera tenido opción a luchar por las medallas”.
El triatleta español, Javier Gómez Noya también quedó en cuarto lugar cuatro años antes de ser subcampeón olímpico. Le tocó ganar la medalla de chocolate en los Juegos de Pekín 2008 el 19 de agosto. Se quedó muy cerca del bronce, a tan solo ocho segundos. A quince de la plata y a veinte del oro. Problemas estomacales impidieron que se subiera al podio. Llegaba como uno de los favoritos a ser campeón olímpico. En Londres 2012 se colgó la medalla de plata.
El mejor de la historia también saboreó una medalla de chocolate
Michael Phelps llegaba a Londres como el mejor nadador de todos los tiempos. Nada más y nada menos que con catorce oros y dos bronces ganados en Atenas 2004 y Pekín 2008. El 28 de julio de 2012 tuvo lugar la final de 400 metros estilos. Prueba en la que el americano había ganado el oro en las dos citas olímpicas anteriores. Además de ser bicampeón en esa prueba, poseía el récord mundial con 4:03.84. Llegó la sorpresa. La cosa pintaba negra desde por la mañana. Su posición en las eliminatorias le situó en la calle ocho.
Desde que debutara en Sidney 2000, Phelps siempre había estado en el podio en todas las finales disputadas, dieciséis. El nadador de Baltimore fue claramente superado por Ryan Lochte, que venció con una magnífica marca, 4:05.18. El brasileño Pereira fue plata con 4:08.86. El japonés Hagino se colgó el bronce con 4:08.94. Phelps se tuvo que conformar con la medalla de chocolate, acabó cuarto a cuatro segundos y diez centésimas de Lochte, 4:09.28. Lo nunca visto. Después de aquel día llegaron doce medallas olímpicas más para el mejor deportista de la historia.
Rozando la medalla de bronce en Río 2016
Fátima Gálvez llegaba a los Juegos de Río 2016 como una de las grandes favoritas a la medalla de oro en tiro olímpico. En 2015 había sido campeona mundial. Llegaba con posibilidades de ganar la triple corona en foso individual, puesto que en 2011 fue campeona de Europa. “Quise tirar la escopeta detrás del plato de pura rabia” dijo la tiradora cordobesa tras caer en el desempate por la medalla de bronce. “No admito un cuarto puesto después de dos años de sacrificio y pelea por estar aquí”. Era una de las medallas “seguras” para España y se quedó en diploma. Ocurrió un domingo 7 de agosto.
Tres días más tarde tuvo lugar la contrarreloj individual de ciclismo. Los 54 kilómetros de recorrido certificaron una nueva medalla de chocolate para España. Jonathan Castroviejo se quedó a las puertas del podio olímpico. Para ser exactos, solo cuatro segundos le separaron de la medalla de bronce. El británico Chris Froome fue tercero a un minuto y dos segundos del vencedor, el suizo Fabián Cancellara. La plata fue para Tom Dumoulin. Castroviejo llegó a un minuto y seis segundos. “En el mejor de los casos pensaba en una medalla y, en el peor, al menos un diploma. Y así ha sido”. Cuarto puesto para el ciclista español. Ion Izaguirre, el otro ciclista de nuestro país en la crono, acabó en octavo lugar. Dos diplomas que se sumaban al quinto lugar de “Purito” Rodríguez en la prueba en carretera.