La suerte está echada. Del 6 al 10 de abril, en Sabadell, llega la hora de la verdad para Mireia Belmonte. El primer desafío importante de la temporada. 2018 fue un año de aprendizaje y varios contratiempos. Llega al Campeonato de España de natación como lo que es desde hace más de una década: la gran estrella de la piscina española. En el Open de Primavera que se va a celebrar en Centre Can Llong del Club Natación Sabadell, va a luchar por conseguir hasta seis marcas mínimas para llegar al Mundial de Gwangju (Corea del Sur).
Tras haber mejorado marcas en los meetings en los que ha participado y con tan solo tres meses de preparación, la campeona olímpica de 200 metros mariposa intentará superar los segundos que le faltan para lograr el objetivo. Mireia es consciente de que no va a ser fácil. Hace unos días publicó una foto en su Instagram con este mensaje: The struggle will be guaranteed, but not the outcome (la lucha está garantizada, pero no el resultado).
Mireia Belmonte opta a seis mínimas mundialistas
Todos sabemos que va a luchar como siempre, pero tiene razón en su pensamiento. Está claro que la mejora de sus marcas ha sido magnífica en un período muy corto. En Sabadell tendrá que conseguir las mínimas mundialistas prácticamente cada vez que se lance a la piscina. Lo hará en doce ocasiones, si sumamos series, semifinales y finales en las que se da por supuesto que estará.
En el reciente Meeting de Marsella superó las marcas de 800 y 1500 metros libres que se pedirán en el Campeonato de España. Solo tendrá que competir una vez en cada una de las dos pruebas. Parecen las más asequibles para que Belmonte consiga las marcas necesarias en el camino a Gwangju.
El resto de pruebas son una incógnita. En los 400 metros libres tendrá que bajar cinco segundos más que en Marsella. Lo mismo ocurre en los 200 metros estilos. La mínima es de 2:12.56 y en tierras francesas hizo 2:17.83. En su prueba fetiche, los 200 metros mariposa, también debe mejorar cinco segundos. Uno más en los 400 metros estilos, donde fue bronce en los Juegos de Río 2016.
Un reto enorme el que tiene por delante la estrella de la natación española. La cuatro veces medallista olímpica no tiene nada que demostrar. Lo ha ganado todo. Si no consigue las seis mínimas a las que opta, deberá sentirse igualmente orgullosa de haberlo intentado con tan pocas semanas de entrenamientos. El gran reto se llama Tokio 2020. Si nada falla, seguro que allí llegará con opciones de volver a subir al podio olímpico.