Confieso que voy a escribir como blogger, como amante del deporte, pero también como fan incondicional de Mireia Belmonte. Acabado el Trofeo Ciudad de Barcelona, toca hacer balance de las pruebas en las que ha participado. Ha sido un fin de semana raro. Con sensaciones extrañas. Algo que no es habitual cuando compite la mejor nadadora española de la historia. Es cierto que un día antes de competir en Barcelona estaba concentrada en Sierra Nevada con toda la carga de trabajo que eso conlleva. No es lo mismo competir estando en el CAR de Sant Cugat que en altura.
Una plata en 1.500 metros libre, su mejor resultado en Barcelona
Acostumbrados a verla ganar en varias distancias y estilos llama la atención, que solo haya subido una vez al podio. Lo ha hecho en los 1.500 metros libre. Eso sí, mejorando su marca personal en 2019 y acercándose a las mejores del mundo este año. Los 16:09.71 sitúan a Mireia en la octava posición del ránking mundial de este año. Medalla de plata en una prueba que tendrá su debut olímpico en Tokio 2020. Lejos aún de sus mejores tiempos. En el último Mundial fue capaz de bajar de los dieciséis minutos: es la vigente subcampeona del mundo con un tiempo de 15:50.89.
Mireia ha ido progresando en todas las competiciones desde que volvió tras un desafortunado 2018 marcado por los vértigos. Hasta el Ciudad de Barcelona. El segundo puesto en la prueba larga del estilo libre se ha quedado corto. A pesar de la rebaja de cuatro segundos respecto al Campeonato de España celebrado el pasado abril.
Seis pruebas en el Mundial
Parecía que le iba a dar tiempo a superar más mínimas para el Mundial de Gwangju. Pero no ha sido así. Aún así la nadadora catalana competirá en las seis pruebas en las que lo hace habitualmente. Ya ha salido la convocatoria de la Federación Española de Natación y nadará: 200 mariposa, 400, 800 y 1.500 libre y 200 y 400 metros estilos. De nuevo el programa más cargado y más ambicioso.
Mireia sigue lejos de sus marcas en 200 metros mariposa. La prueba que más alegrías le ha dado en su carrera. Donde es la vigente campeona olímpica y mundial y donde ha conseguido la triple corona. Salvo milagro, no podrá defender su título en Gwangju. Es quizá lo que más llama la atención. La hemos visto dominar esta prueba en Europa y en el mundo y ahora acaba lejos de los mejores tiempos y le cuesta lograr marcas acordes a su nivel. En Barcelona ha acabado octava con un tiempo de 2:13.65. Para hacerse una idea del bajón que ha pegado en el 200 mariposa solo hay que revisar su resultado en el Mundial de Budapest de 2017. En la capital húngara firmó unos excelentes 2:05.26.
Ha terminado cuarta en la otra final A disputada en el Ciudad de Barcelona. En los 400 metros estilos ha marcado un tiempo de 4:43.65. Puesto y tiempo totalmente entendibles porque ocurrió solo veinticinco minutos después de la plata en los 1.500 metros libre.
“El objetivo es ir a por todas”
Bajo mi humilde opinión y admirando como admiro a Mireia y a su entrenador Fred Vergnoux, creo que deberían cambiar la estrategia y centrarse en nadar menos pruebas. Los años no perdonan. Cada vez es más difícil y la nadadora española lo nada prácticamente todo. Parece que centrarse en los 400 metros estilos y en el 800 y 1.500 metros libre sería la mejor decisión.
En declaraciones al diario Mundo Deportivo, Mireia ha dicho lo siguiente: “Me estoy viendo bien. En 1500 ha ido mucho mejor que en el Open y he acabado con mi mejor marca de la temporada”. Sobre el Mundial de Gwangju. “El objetivo es ir a por todas y eso nunca se pierde”. Ya se sabe que Mireia Belmonte no se rinde jamás y en el Campeonato del Mundo va a luchar por estar entre las mejores.
“Aún no se ha visto su techo”
Eso sí, si leemos la entrevista que su entrenador ha dado a La Vanguardia la ilusión se viene un poco abajo. Preguntado por Tokio 2020, Vergnoux response que Mireia no tendrá ni un día de vacaciones en el próximo año. Dice que cree que aún no se ha visto el techo de la nadadora catalana. Hablando de Gwangju: “Desde enero está trabajando a tope. Hasta julio, son siete meses. Eso no es suficiente para llegar bien a este Mundial, porque la base la generas entre septiembre y Navidades. Si no tienes esa base, no la recuperas. En vez de once meses, ha tenido siete. Pero las cosas fueron así”.
Vayamos pensando entonces en que ganar una medalla en el Mundial será milagroso. Y también que si las lesiones respetan a Mireia, llegará a Tokio 2020 con opciones de hacer algo grande de nuevo. Vergnoux la conoce más que nadie y sus palabras indican que será muy complicado verla este verano en el podio de la ciudad surcoreana. Mireia lo intentará como siempre pero va a ser muy complicado.