Nada de protestas políticas en los Juegos Olímpicos. El COI ha aclarado el artículo 50 de la Carta Olímpica y no admitirá protestas en los Juegos de Tokio 2020 ni en siguientes ediciones. “No está permitida ninguna clase de demostración o propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación o lugar que forme parte de los Juegos Olímpicos”. Se incluyen, tanto los lugares de competición como la Villa olímpica y los podios, ceremonias de apertura y clausura de los próximos Juegos Olímpicos.
La jugadora de fútbol estadounidense, Megan Rapinoe, ha escrito en sus redes sociales que los atletas «no serán silenciados». Será difícil que se cumpla la afirmación de Rapinoe. Los deportistas que no cumplan la norma, serán sancionados. Podrían ser expulsados de la Villa Olímpica o ser castigados con un período de inhabilitación.
El máximo organismo deportivo mundial busca así, que no se mezcle la política con el deporte. Todos sabemos lo que ocurrió el 16 de octubre de 1968. El podio de los 200 metros lisos masculinos es y será el más recordado de la historia. Recientemente han ocurrido otra serie de protestas en podios de otras disciplinas. El esgrimista americano, Race Imboden, se arrodilló mientras escuchaba su himno en los Juegos Panamericanos de Lima. También hubo doble protesta en el Mundial de natación de Gwangju celebrado en 2019. El australiano Mack Horton y el británico Duncan Scott se negaron a subir al podio con el chino Sun Yang. Sun está acusado de dopaje.
¿Quién forma parte del Comité Olímpico Internacional?
El COI (Comité Olímpico Internacional) está formado por su presidente, el alemán Thomas Bach y por 100 miembros más. «Representan y promueven los intereses del COI y del Movimiento Olímpico en sus países y en las organizaciones del Movimiento Olímpico en el que sirven». En total son 65 hombres y 36 mujeres. Entre ellos, tres españoles: Juan Antonio Samaranch, Marisol Casado y José Perurena.
¿Qué es la Carta Olímpica?
La Carta Olímpica es el código que rige la organización, acción y operación del Movimiento Olímpico. Establece las condiciones necesarias para la celebración de los Juegos Olímpicos. Su primera edición fue publicada en 1908 con el nombre de Anuario del Comité Olímpico Internacional y en 1978 adquirió el nombre actual. Tiene tres propósitos: establecer los principios y valores del olimpismo, ser el reglamento del COI y definir los derechos y obligaciones del Movimiento Olímpico (Comité Olímpico Internacional, Federaciones Internacionales y Comités Nacionales). Está compuesta por seis capítulos y sesenta y un artículos. Podríamos decir que es como la Biblia para los creyentes o la Constitución para los ciudadanos españoles.