El 18 de agosto de 2016 los españoles celebramos varias medallas olímpicas. Saúl Craviotto y Cristian Toro se colgaron el oro en piragüismo. Joel González consiguió la medalla de bronce en taekwondo. Y en el mismo deporte, Eva Calvo, ganó la medalla de plata en la categoría de menos de cincuenta y siete kilos. Ese día, en la misma categoría, hubo otra gran protagonista que pasó a la historia de Irán como la primera mujer que ganaba una medalla olímpica.
Se llama Kimia Alizadeh Zonoozi (Karaj, Irán, 10 de julio de 1998). Cuando ganó el bronce en los Juegos de Río 2016 tenía solo dieciocho años. Derrotó a la sueca Nikita Glasnovic por cinco a uno en el duelo por el tercer puesto. Fue una medalla única, histórica, para siempre. «Estoy muy feliz por todas las mujeres iraníes, ya que se trata de la primera medalla de una iraní en unos Juegos, y espero que en los próximos Juegos Olímpicos obtengamos la de oro» dijo Alizadeh.
Todo fue un espejismo
«Estimada Kimia, has hecho muy feliz a todos los iraníes, especialmente a las mujeres. Te deseo la vida más feliz del mundo», dijo el presidente de Irán, Hassan Rouhani. El comité olímpico iraní anunció que Kimia Alizadeh recibiría por la medalla de bronce la misma cantidad que le correspondería si hubiera ganado un oro. Todo pintaba muy bien. No podía ser de otra manera. A pesar de la discriminación sufrida por las mujeres en Irán, Alizadeh se convirtió en una auténtica heroína.
Ahora hemos descubierto que todo fue un espejismo. Kimia Alizadeh se ha marchado de Irán. Así lo ha anunciado la taekwondista en su Instagram y que ha abandonado permanentemente su país para vivir en Europa. Alizadeh se ha definido como «una de las millones de mujeres oprimidas en Irán con las que han estado jugando durante años».
La ganadora del bronce olímpico en Río 2016 ha criticado al régimen iraní: «Me llevaron donde quisieron. Llevaba lo que dijeran. Repetí cada frase que me ordenaron. Siempre que lo creían conveniente, me explotaban. Para ‘ellos’ no era importante. Ninguno de nosotros era importante, éramos herramientas».
«La decisión de marcharme de mi país es aún más difícil que ganar el oro olímpico»
Ha dicho que a la vez que el régimen celebraba sus éxitos, criticaba su deporte diciendo «¡La virtud de una mujer no es estirar las piernas!». Alizadeh, que se ha marchado a Europa sin indicar el lugar exacto, ha dicho también que no quería colaborar con «la hipocresía, la mentira, la injusticia y la adulación» ni ser cómplice de la «corrupción y las mentiras» del gobierno iraní. Un entrenador de la Federación de Países Bajos, Mimoun El Boujjoufi, ha confirmado que la taekwondista lleva casi un mes entrenándose en Eindhoven según informa Fernando M. Carreño en el diario Marca.
«La decisión de marcharme de mi país es aún más difícil que ganar el oro olímpico». «No tengo más deseo que la confianza de ustedes» ha escrito Alizadeh. Ha confirmado su condición de iraní esté donde esté.