Suelo acordarme de los sueños en muy pocas ocasiones. Anoche fue distinto. Debe ser por un cúmulo de pensamientos. Tuve un sueño positivo. Cuando abrí los ojos volví a la realidad, pero ese rato fue maravilloso. Soñé que estábamos en el verano de 2021. Que en las portadas de los periódicos se hablaba de la eficacia de la vacuna contra el coronavirus. De acuerdos en Europa para que la economía acelerara su recuperación.
El paro volvía a bajar en España por cuarto mes consecutivo y en los siguientes meses seguiría bajando gracias al turismo. En los bares y restaurantes sigue habiendo distancia de seguridad y bebemos en vasos de plástico. Todo es más ecológico y más limpio.
Soñé que el miedo dejaba paso a la alegría. Que el mundo era más solidario. Tomábamos precauciones y seguíamos lavándonos mucho las manos. Nos acordábamos de los miles que se fueron por culpa del maldito bicho. Les homenajeábamos una vez a la semana saliendo a aplaudir a nuestras ventanas y balcones. Los sanitarios, las fuerzas de seguridad, los cajeros, las limpiadoras, han visto aumentados sus sueldos. No llegan a los de los futbolistas, pero han mejorado mucho.
Los Juegos de la recuperación
Soñé que la maquinaria estaba en marcha para los Juegos de Tokio. A un mes de la gran cita, los amantes del deporte estábamos con mariposas en el estómago. La espera ha sido larga, pero esperanzadora. Son los Juegos de la recuperación, de la sonrisa tras el llanto.
Soñé que Rafa Nadal llegaba a sus últimos Juegos Olímpicos tras haber ganado un nuevo Roland Garros. Que Pau Gasol iba a tener su despedida soñada tras recuperarse de su lesión. España acababa de ganar la Eurocopa. Marc Márquez lideraba otro Mundial de Moto GP. Carolina Marín llegaba a Tokio tras haber ganado el All England. El COE había decidido que Saúl Craviotto y Mireia Belmonte fueran los abanderados de España en la inauguración. Lydia Valentín y Rudy Fernández lo serían en la clausura. Las quinielas indicaban que los atletas españoles pueden igualar o incluso superar las 22 medallas de Barcelona 92.
Dicen que hay sueños de los que no nos gustaría despertar, y realidades que desearíamos que fuesen solo un sueño. Ojalá el sueño de anoche se haga realidad y en verano de 2021 todo haya cambiado para bien. Pensemos en positivo o intentémoslo. Vivamos, sigamos soñando y nunca perdamos la ilusión.