¡Mis queridos palomiteros! El pasado 2 de febrero llegaba a las salas de cine españolas Garabandal, sólo Dios lo sabe, que distribuye Mater Spei, primera película sobre las apariciones marianas en San Sebastián de Garabandal, celebradas en 1961, con un impecable resultado interpretativo y muy buen acabado técnico. Sin duda, la Virgen ama Cantabria.
La grandeza del filme reside en el interés mostrado por los equipos de trabajo, integrados por más de 300 personas. Todas, dispuestas a sacar adelante este hermoso proyecto, a las órdenes del hasta ahora desconocido director de cine Brian Jackson. Para él, el proyecto Garabandal, solo Dios los sabe es también su primera experiencia a este nivel.
Alegra comprobar cómo el buen hacer de lo aficionado cosecha frutos, dado que todos han trabajado como voluntarios sin cobrar.
La cinta arranca el 18 de junio de 1961. Los acontecimientos se precipitan en una aldea del norte de España, San Sebastián de Garabandal. Allí las callejuelas están empedradas y hay poco más de 100 casas. Cuatro niñas -Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz- afirman haber tenido una aparición de san Miguel Arcángel.
Días después -el 2 de julio de 1961-, reciben la visita de la Virgen del Carmen. Tras esta primera vez, se siguen más de dos mil encuentros con la celestial Señora. El párroco del pueblo, don Valentín, y el brigada de la Guardia Civil, don Juan Álvarez Seco, se encontrarán implicados.
Poco a poco tratarán de comprender dónde está la verdad, frente a una jerarquía perpleja. Y ante una multitud cada vez más creciente de personas que acuden al pueblo en busca de respuestas. Resulta insólito el fenómeno de estas apariciones, que acoge a miles de fieles de todo el mundo desde 1961. Hay que aclarar que La Santa Sede no se ha pronunciado aún sobre la veracidad de estos acontecimientos.
También resulta sorprendente que un grupo de valientes españoles haya alzado la voz para recordar que en Garabandal sucedió algo inexplicable. Pero es que este filme cosecha más méritos. Se rodó en un tiempo récord, apenas 27 días. Y el tráiler ha corrido como la espuma en redes sociales. Se hizo público a principios del mes pasado.
El párroco del pueblo, don Valentín -protagonizado por Rafael Samino– y el brigada de la Guardia Civil, don Juan Álvarez Seco -que encarna Fernando García Linares, son los dos mejores actores de la aventura. Apoyan la narración con solvencia y madurez.
Por su parte, las cuatro actrices protagonistas –Belén Garde está brillante-, Teresa Carrasco, Miriam Rodríguez y Blanca Cogollud, interpretan a las cuatro jóvenes de las apariciones.
Y lo hacen con garbo, soltura y credibilidad, tal vez en su mejor trabajo interpretativo. Y el más complicado, como agradecido, de sus incipientes carreras artísticas.
Por su parte, Javier Paredes, de oficio catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá, interpreta a Monseñor Ortega. Se trata de un personaje ficticio que no se identifica con ningún obispo en particular de la historia de Garabandal.
En exclusiva para Palomitas de Maíz, pone el dedo en la llaga al afirmar que las apariciones “constituyen una clave importantísima para comprender el mundo actual”. Y todo ello lo refrenda en el libro Madre de Dios y Madre Nuestra.
Uno de los asuntos más interesantes del filme es la evolución interior del precitado brigada de la Guardia Civil, don Juan Álvarez Seco. Gracias a él el espectador queda invitado a realizar un camino propio. Y no quiera el respetable buscarle pegas a la película.
Lo único que hay detrás de Garabandal, sólo Dios los sabe, cuyos 96 minutos me saben a poco, es un profundo amor a la Virgen María. Y el deseo de colaborar en su misión maternal dirigida a guiar a la humanidad entera hacia el que es su único Salvador: Jesucristo.
Una película, pues, muy recomendable, apoyada por una puesta en escena naturalista, muy cuidada y bien tratada.
Además que cuenta con una elocuente banda sonora que aprovecha la narración para subrayar, ocasionalmente, con estilo y personalidad, la importancia de cuanto ocurre.
Por su parte, la cinta, que expone los hechos sin juzgarlos, se ciñe a lo que se conoce sobre las visiones de las niñas, con un mensaje muy claro: la Virgen te quiere y quiere que te conviertas. Es un buen plan.