¡Mis queridos palomiteros! ¿Disolución de ETA?: mirada del nacionalismo vasco en el cine. Se mire por donde se mire, ayer fue un día en el que la banda que ha sembrado el terror, decía poner fin a sus actividades. Servidor toma las palabras de los voceros con papel de fumar. El caso es que me ha parecido oportuno traer a estas pantallas, sin querer ser redundante, el libro Creadores de sombras. ETA y el nacionalismo vasco a través del cine, firmado por el catedrático de historia contemporánea Santiago de Pablo, que ha editado Tecnos.
¿Disolución de ETA?: mirada del nacionalismo vasco en el cine. Además de las películas estrenadas en pantalla grande hay que sumar más de veinte largometrajes para televisión y vídeo
Este denso volumen (528 páginas) se centra en el modo en que el cine ha tratado la historia de ETA desde sus orígenes hasta la actualidad. Además de las películas estrenadas en pantalla grande hay que sumar más de veinte largometrajes para televisión y vídeo, así como un número aún mayor de cortometrajes. Ello supone un importante corpus audiovisual en torno a ETA, los GAL y otros aspectos de la violencia vasca, que nunca antes se habían estudiado de modo tan riguroso.
El enfoque de este cine se ha modificado con el paso del tiempo, desde las visiones más o menos complacientes de la Transición -cuando todavía muchos veían a ETA como un mero grupo de luchadores contra la dictadura del general Franco– hasta la denuncia y la apertura a las víctimas de tiempos recientes.
De este modo, el libro saca a la luz algunas películas casi desconocidas, junto a otras exitosas u objeto de interminables polémicas: Operación Ogro (1979), El proceso de Burgos (1979), La muerte de Mikel (1983), Días contados (1994), Yoyes (2000), La pelota vasca: La piel contra la piedra (2003), Trece entre mil (2005), Todos estamos invitados (2008), Lasa y Zabala (2014) o incluso las referencias a la cuestión vasca en Ocho apellidos vascos (2014) y otras rarezas.
