¡Mis queridos palomiteros! Federico García Lorca cumple 120 años: ‘La barraca’ está de fiesta. Hoy, 5 de junio, celebramos el 120 aniversario del nacimiento del granadino Federico García Lorca, uno de los mejores poetas y dramaturgos que ha parido el siglo XX a quien siempre he admirado. Una de las mentes más lúcidas de la Generación del 27, más y mejor estudiadas en todo el mundo, a quien le debo haber aprobado selectividad con un 9.
En una de las 3 preguntas del examen de literatura se pedía el análisis del Romance de la pena negra, incluida en el Romancero Gitano, compendio poético que me sé de memoria…
Sólo le pudimos disfrutar 38 años. La guerra civil española le sorprendió en su Granada natal y allí le fusilaron, junto a otras dos personas, la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936. Los que por razones obvias no le hemos conocido sabemos que era un hombre muy divertido, simpático, de buen carácter, que disfrutaba con la música, tocaba muy bien el piano, era muy cariñoso con su madre analfabeta, Vicenta Lorca, y le gustaba escucharse.
Es más, como norma tenía por costumbre leer en voz alta cada una de sus obras artísticas, preferentemente las composiciones teatrales, a sus amigos.
Así se recuerda, especialmente, en la trilogía donde examina la figura de la mujer con precisión de bisturí en Bodas de sangre (1931) -sobre los inquebrantables lazos familiares-, Yerma (1934) -sobre la esterilidad– y La casa de Bernarda Alba (1936) -sobre la represión de la mujer, unida al fuerte peso de la tradición católica, el luto y la castidad- que no pudo ver representada puesto que su estreno oficial se produjo en 1945 en Buenos Aires, gracias al buen hacer de su primera actriz, Margarita Xirgu, y el empuje de su Barraca, el grupo de teatro ambulante que fundó en 1931.
Cinematográficamente, recomendaría dos producciones: el documental Lorca, muerte de un poeta, de Juan Antonio Bardem (1987) -que repasa a fondo la vida del poeta- y La luz prodigiosa (2003), película de ficción dirigida por Miguel Hermoso -a partir de la novela de Fernando Marías– con José Luis Gómez, Kiti Mánver y los desaparecidos Nino Manfredi y Alfredo Landa que cuenta -sin excesos y verosimilitud- la historia de qué hubiera sucedido si Lorca no hubiese muerto en 1936 al lado del barranco de Víznar.
Para conocer bien a Lorca, al poeta, destacaría el trabajo realizado por el hispanista de origen irlandés Ian Gibson en sus dos prolíficos volúmenes: Federico García Lorca. De Fuente Vaqueros a Nueva York y Federico García Lorca. De Nueva York a Fuente Grande. Naturalmente, y en el contexto de la 77 Feria del Libro de Madrid, animaría a todos los lectores de Palomitas de Maíz a que os hicierais con las obras completas de esta figura de las letras: es el mejor homenaje que se le puede rendir al autor de Poeta en Nueva York (1940).
Quisiera indicar, por último en este breve homenaje –apenas se ha hecho algo de relieve por el poeta tal día como hoy, a pesar del aniversario-, que he tenido la fortuna, como Federico, de poder interpretarlo en el teatro, como él mismo hacía cada vez que escribía un prólogo.
Federico García Lorca cumple 120 años: ‘La barraca’ está de fiesta
La primera vez fue en 1997. Precisamente, en su primera y primeriza obra dramática, El maleficio de la mariposa (1920), que cosechó pésimas críticas, dando vida al prologuista. Después fue en 1995, cuando estaba metido en la Escuela Taller de Teatro Estudio 10, dirigida por el laureado profesor Víctor Ruiz, en Boadilla del Monte, al encarnar de nuevo al prólogo en Doña rosita la soltera (1935). Y la última vez que he podido ser el altavoz en una obra lorquiana fue en Bodas de sangre, en 1998, con el grupo Alacrán Teatro, donde tuve el honor de ponerme en la piel de uno de los 3 leñadores.
Basten estas líneas para recordar a Federico García Lorca en sus facetas artísticas de más relieve. Confío, de nuevo, en que España no vuelva nunca a dormir la siesta si antes tiene que hacer un homenaje a un poeta. Perdón. Al poeta.
