¡Mis queridos palomiteros! Tom Hanks cumple hoy 62 años y es muy feliz. Cuando digo que el actor no está en bancarrota es porque en los mentideros se ha propagado la idea de que está vendiendo los muebles de su mansión porque no tiene dinero, cuando en realidad lo que hace es actualizar el mobiliario. Sin más.
Por otro lado, cuando afirmo que también le dio forma al agua no es porque existan connotaciones directas con el oscarizado trabajo de Guillermo del Toro y su imponente fábula acuática La forma del agua. Pero nadie puede negar que varios de sus trabajos han estado pasados por agua.
El actor californiano, que el pasado mes de mayo publicó Tipos singulares -colección de 17 cuentos-, doblemente oscarizado (Philadelphia, Jonathan Demme, 1993), (Forrest Gump, Robert Zemeckis, 1994), estuvo náugrafo, fue ‘tonto’, quiso ser grande, deambuló por la terminal, hasta carcelero de la milla verde. Se postuló al frente de los archivos secretos del pentágono, después se propuso salvar al soldado Ryan, incluso permaneció colgado del puente de los espías y siempre tuvo algo que recordar, por ejemplo, que tengo un e-mail…
Tom Hanks cumple hoy 62 años y es muy feliz
Pero yo quiero recordarle, valga la redundancia, por dos trabajos épicos y acuáticos: Capitán Phillips (Paul Greengrass, 2013) y Sully (Clint Eastwood, 2016). Por ambas interpretaciones rápidamente su nombre se coló en las quinielas para hacerse con el Oscar, aunque no lo consiguió. Pero estoy convencido de que más pronto que tarde llegará el tercero.
Capitán Phillips
El cineasta británico, Paul Greengrass, triunfa lo grande con Capitán Phillips, intenso thriller traducido en recreación fílmica de un singular episodio histórico -basado en hechos reales- y de cierto tono documental, en el que el actor estadounidense, Tom Hanks, ofrece una de sus mejores interpretaciones.
La película cuenta la historia de Richard Phillips, el capitán del carguero norteamericano Maersk Alabama, que fue asaltado el 8 de abril de 2009 -mientras navegaba al sudeste de la costa de Somalia en dirección Mombasa- por varios piratas somalíes. Se trataba de la primera embarcación norteamericana secuestrada en 200 años.
El hombre se ofreció como rehén a cambio de que dejaran libre a su tripulación, de ahí que pasara varios días con sus captores en un pequeño bote antes de que fuera liberado por fuerzas militares estadounidenses.
Tom Hanks consigue implicar emocionalmente al respetable gracias a su madurez y su maestría interpretativa
Paul Greengrass demuestra estar en posesión de uno de sus mejores momentos como cineasta, tras sus dos experiencias sobre la franquicia del denominado James Bond americano, esto es, Jason Bourne (El mito de Bourne, 2004 o El ultimátum de Bourne, 2007) y sus notables aportaciones de carácter político Bloody Sunday, 2002 y United 93, 2006).
En Capitán Phillips, Greengrass se aleja del morbo, consigue mantener el exitoso tono de los filmes antedichos e insiste en ser fiel a su peculiar estilo narrativo, por ejemplo, en las vibrantes escenas de acción.
A todo ello contribuye muy positivamente, primero, el sólido guión de Billy Ray (Los juegos del hambre, Gary Ross, 2012) -basado en el libro del Capitán Richard Phillips junto a Stephan Talty “A Captain’s Duty: Somali Pirates, Navy SEALs and Dangerous Days at Sea”-, al lograr contagiar al espectador de la angustia vital a la que se ve sometido su protagonista y, en segundo término, el actor Tom Hanks, que consigue implicar emocionalmente al respetable gracias a su madurez y su maestría interpretativa.
Capitán Phillips se configura a partir de una ambientación y una puesta en escena inquietantes, que además goza de un ritmo trepidante
Por su parte, Capitán Phillips se configura a partir de una ambientación y puesta en escena inquietantes, goza de un ritmo trepidante, y en ella Greengrass deja de lado las concesiones lacrimógenas, perfila con sabiduría las personalidades de sus personajes hasta conseguir el retrato de un mundo caótico, injusto, en ebullición, donde los héroes existen pero se las ven y se las desean en un contexto histórico desenfocado.
Mención especial ha de hacerse sobre sus cuatro piratas somalíes -actores no profesionales- que han demostrado, largamente, sus talentosas capacidades artísticas en su debut para cine, sin que para ello Greengrass haya echado mano de la caricaturización y, de esa manera, pudieran desequilibrar el conjunto.
Todas estas buenas maneras se completan gracias al verismo que imprime Capitán Phillips, dado que la aventura se rodó durante dos meses en alta mar, se trabajó en buques reales, tanto en el caso del carguero como en el del portaviones y los botes militares.
Capitán Phillips afronta el conflicto de la piratería náutica con elegancia, estilo y pulso firme
Producida por Scott Rudin, Dana Brunetti y Michael De Luca, queda, pues, una magnífica película -espléndida media hora final- que afronta el conflicto de la piratería náutica con elegancia, estilo y pulso firme, sin partidismos ni discursos ñoños y que va al grano desde su inicio.
Sully
A sus 86 años, el multidisciplinar actor californiano Clint Eastwood (Million Dollar Baby, 2004; Gran Torino, 2008) dirige con la misma clase de profesionalismo que le caracteriza este elegante y elocuente drama biográfico; un filme bastante correcto que exhibe el denominado “Milagro del Hudson” a través de los ojos del capitán Chesley Sullenberger.
La cinta número 35 de Clint Eastwood como director es también -con 96 minutos- la más corta de su carrera, una duración perfecta para realizar un acercamiento directo a esta tragedia con final feliz.
Rodada nítidamente por Tom Stern en gran parte con cámaras IMAX y sacando un impresionante provecho de este formato, la cinta se distingue por unos efectos visuales esencialmente impecables que convierten todos los aspectos de la fotogénica catástrofe en algo fascinante de ver, pues la película está extremadamente bien hecha en todos los aspectos.
Sully retrata vívidamente las realidades físicas y los elementos humanos envueltos en el dramático aterrizaje-amerizaje de emergencia de un jet de US Airways en el río Hudson el 15 de enero de 2009, que se narran a través de un largo flashback
Eastwood y su guionista Todd Komarnicki han optado por una aproximación en contra de la lógica: retener el vuelo en sí mismo lo máximo posible y centrarse en las consecuencias del accidente, cuando Sully se tortura a sí mismo pensando en que lo podría haber resuelto de forma diferente.
Ciertamente, en ese sentido, es donde el filme cojea más. Pero cuenta con un protagonista de primer orden, Tom Hanks, que luchaba por la sexta candidatura al Oscar, tras sus trabajos en la citada Capitán Phillips y El puente de los espías… ¡Ah, no abandonen la sala hasta que terminen los créditos!