Telecinco emite ‘Antes de ti’, propaganda nítida sobre la eutanasia
¡Mis queridos palomiteros! Telecinco emite ‘Antes de ti’, propaganda nítida sobre la eutanasia. Hace unas horas, tu cadena amiga ha emitido en prime time este filme, que supuso el debut cinematográfico de la ‘prestigiosa’ directora de obras de teatro Thea Sharrock, basado en el best seller homónimo de la autora británica Jojo Moyes.
Se trata drama romántico sobre la eutanasia, lo suficientemente almibarado para que el imaginario colectivo valore más la historia de amor entre sus protagonistas -cuernos incluidos, porque para qué vamos a respetar al otro ser querido- que el sustrato del filme, que no es otra cosa que potenciar el culto a la muerte.
Antes de ti cuenta la historia de Lou Clark (Emilia Clarke), una entusiasta, ingenua y alegre veinteañera que jamás ha salido de su pueblo, y que debe buscar urgentemente un trabajo para mantener a su familia. En su camino se cruza Will Traynor (Sam Claflin), un exitoso hombre de negocios que también creció en este mismo pueblo, al que ha vuelto tras un accidente de coche que lo dejó impedido en una silla de ruedas. Debido a su condición, este ex aventurero ha caído en una profunda amargura, por lo que cada vez más está decidido a suicidarse.
Telecinco emite ‘Antes de ti’, propaganda nítida sobre la eutanasia y película tan maniquea y tramposa como ‘Mar adentro’
El trabajo de Lou consistirá en cuidar a Will. Será entonces cuando la determinación, la dulzura y el optimismo de Lou harán que Will comprenda que la vida es algo que merece la pena vivir. Aunque nada ni nadie le hará cambiar de decisión.
La familia de Lou es hogareña, reza a la hora de la comida y su estatus social es medio-bajo. Sin embargo, la familia de Will es sofisticada, les sobra el dinero y viven con comodidades. Naturalmente los temas de fe, trascendencia o vida tras la muerte ni se contemplan ni se proponen en el guión.
No obstante, el filme parte con buenas intenciones, y esa ascendente propuesta argumental se rompe en dos ocasiones, como corresponde a la estructura habitual de las pelis, para crear un conflicto suficiente entre el deseo y el amor de la pareja protagonista, que despliega toda su química y que funciona a la perfección.
Pero es una película peligrosa, muy tramposa. Y a pesar de que para Lou es inconcebible que Will opte por la eutanasia, y la cinta la suavice a través de elipsis, ella accede a acompañarle en su último viaje a Suiza para llevar a cabo el final de sus días. ¡Eso sí que es amor!
Parece que el enamoramiento es partidario hasta de justificar el asesinato-homicidio-suicidio, o como se le quiera llamar
La película deja en el aire ese final. Poco importa cómo se ha llevado a término su muerte. Lo llamativo es la contradicción narrativa: si quieres tanto a una persona, ¿serías capaz de estar presente en su ejecución? Parece que el enamoramiento es partidario hasta de justificar el asesinato-homicidio-suicidio, o como se le quiera llamar.
Y no sólo eso. Nuestro tetrapléjico de pro, de vida exitosa antes de que una moto lo arrollara y lo dejara en silla de ruedas, es realmente un hombre muy débil y muy cobarde que se permite el lujo de decir que “la vida será un lugar mejor sin mí”.
Por si no fuera suficiente, tiene la osadía de escribir una lista de deseos a su amada que, como no tiene mundo corrido, él va a indicarle qué es lo mejor. Yo no me fiaría, si ha preferido morirse porque no soporta una vida que sólo sea en silla de ruedas… ¿Qué vida tan vacía, no?
En fin, una muestra más de que el cine vuelve a la carga con el tema de la muerte digna / vida indigna, que no es una casualidad en los tiempos de gobernanza política actual, como ya señalamos desde estas pantallas. Para mí que es una línea trazada por Pedro Sánchez para marcar un camino bien definido, detestable y despreciable, claro que sí.