¡Mis queridos palomiteros! Ópera en pantalla: Cátedra lanza una atractiva historia de amor. De nuevo la prolífica editorial –de la que ya hemos informado desde estas pantallas– presenta otro de sus cuidados y selectos trabajos habituales, donde esta vez centra el disparo al relacionar ópera y cine.
El estudio, titulado Ópera en pantalla. Del cine al streaming, se inserta dentro de la colección Signo e Imagen, y de cuya dirección en la colección responde Jenaro Talens. Por ello, para desarrollar el tema, se ha contado con la sabiduría y experiencia acreditada, tanto en cine como en música, del barcelonés Jaume Radigales y de la pamplonesa Isabel Villanueva.
Juntos han diseñado este amplio volumen de 336 páginas, con ilustraciones en color y en blanco y negro, tanto con fotogramas de películas, como de carteles de óperas o de cantantes de ópera, entre otras variantes, que han servido de imagen para la publicidad de determinados productos.
Ópera en pantalla: Cátedra lanza una atractiva historia de amor
Así las cosas, cuando las primeras pantallas mostraron la mirada cinematográfica de los pioneros del séptimo arte, la ópera llevaba ya tres siglos de andadura. Es posible que el arte de masas en que se convirtió el cine desplazara el centro de interés de un público que, antes de 1896, tenía en la ópera uno de sus divertimentos más exponenciales.
Pero aun así, el cine contó con argumentos, cantantes o clichés operísticos, modelo que llega hasta nuestros días. El biopic, la ambientación musical de época o, claro está, la ópera filmada, marcan algunos de los puntos de convergencia de esas dos -obras de arte total- (por decirlo en términos wagnerianos) fusionadas en una sola.
Además este libro reflexiona acerca de las relaciones entre la ópera y las pantallas no cinematográficas: la televisión, el vídeo, el DVD, el BluRay; las transmisiones en directo en salas de cine, en los ordenadores domésticos o en las redes sociales que se consumen a diario. Estos son algunos de los soportes o medios que sustentan la vigencia y el consumo de la ópera, más de cuatrocientos años después de su surgimiento a finales de la era renacentista.
Este libro reflexiona acerca de las relaciones entre la ópera y las pantallas no cinematográficas: la televisión, el vídeo, el DVD o el BluRay
El volumen, estructurado en dos partes, se centra primero en la ópera en el cine, donde desgrana los procesos por los que atraviesa el medio, desde el cine mudo hasta la ópera filmada, pasando por las figuras que le dieron suficiente notoriedad al arte musical, así como las atractivas revisiones sobre las finalidades narrativas y las finalidades ilustrativas que, como decíamos antes, tienen que ver con el biopic.
Por otro lado, el trabajo afronta en su segunda parte la interacción de la ópera en las otras pantallas, primero a través de la ópera y la televisión analógica, hasta su relación directa con la publicidad audiovisual.
Sin ninguna duda, este último compendio, vinculado a las redes sociales y a la digitalización global en que puede enclavarse la ópera, resulta el más atractivo, llevadero, y el que más curiosidad puede despertar en la mente de los más jóvenes, que además puede ayudarles a descubrir aspectos nunca antes imaginados.
Conviene este libro musical más que nunca. Lo disfrutarán mucho los amantes de la ópera y los seguidores del séptimo arte
Naturalmente, Ópera en pantalla. Del cine al streaming se cierra con una suficiente y contrastada bibliografía que es muestra suficiente de un trabajo bien articulado como documentado.
Por todo ello, conviene este libro musical más que nunca. Lo disfrutarán mucho los amantes de la ópera y los seguidores del séptimo arte, a pesar de que está dirigido a todos los públicos por sus explicaciones amenas y su carácter didáctico.
Un dechado de virtudes que debería instar a que los lectores añadan a sus estanterías un ejemplar tan lúcido como necesario. Se lo dice alguien que también ha estudiado música y ha escuchado abundante ópera.
