¡Mis queridos palomiteros! Muere el galán de cine Arturo Fernández con 90 años. Es, sin ninguna duda, uno de los escritos que más le cuesta escribir a este periodista, al menos porque en las distancias cortas el actor era un as de la simpatía, que sumado a su sutil ironía y su elegancia tanto en las formas como en el fondo, lo convierten en un ser único y especial.
Algo que él conocía perfectamente, pero que públicamente no iba a reconocer. De hecho, a la escena española, más en concreto al teatro español, le va a costar mucho encontrar sustituto. Lo mismo ocurre con Alfredo Landa, Agustín González, Álvaro de Luna, José Luis López Vázquez, que no se ha encontrado a nadie que supla sus ausencias. Así que con la pérdida de Arturo Fernández urge una regeneración el cine español, salvo que no interese. Tampoco sé si se ha intentado.
Aquí os dejo una entrevista que hice a don Arturo hace 14 años.
A don Arturo Fernández tuve la ocasión de conocerle y de entrevistarle en varias ocasiones. La última fue en febrero de 2015, cuando acudió a la 70 gala anual de los Premios del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC), quienes le concedieron la Medalla de Honor por toda su trayectoria. No era la primera vez, también los críticos de cine le concedieron la Medalla al mejor actor protagonista por su papel en Truhanes, filme de 1983 dirigido por el eficaz Miguel Hermoso.
Muere el galán de cine Arturo Fernández con 90 años
La televisión le dio mucha popularidad, especialmente la serie de Antena 3 La casa de los líos, creada por el director teatral Germán Álvarez Blanco, si bien es cierto que el cine lo convirtió en cabeza de cartel y eso le facilitó el acceso al teatro, que, de lejos, era el medio donde se encontraba más a gusto…
Recomiendo que os hagáis con este ejemplar del escritor y crítico de cine, Javier García, Las estrellas, mis amigos, donde realiza una de las entrevistas más vivas al intérprete.
Esta madrugada Arturo Fernández ha optado por irse de los escenarios con las botas puestas, sin que se enterase, y dejando muy alto el pabellón a los actores de cine, no digamos a los de teatro. Su máscara descansa en el camerino. ¿Hay alguien dispuesto a recoger el testigo? Un abrazo y gracias por el color de tus risas, querido Arturo.