‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar
Blog: Palomitas de Maíz

El cineasta ruso, Kantemir Balagov, opta por derecho propio al Oscar por su tremenda película ‘Una gran mujer’

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¡Mis queridos palomiterios! ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar. Ayer, 19 de diciembre, las salas de cine españolas recibían el tercer trabajo para cine de este joven ruso de 28 años, ya premiado en Cannes en dos ocasiones con sus dos primeras películas, Sofichka (2016) y Tesnota (2017). Ahora, la Academia de Hollywood ha considerado que el drama Una gran mujer compita en sus máximos galardones en la categoría de película no inglesa. Distribuye en cines BTeam Pictures.

Cartel promocional del filme Una gran mujer | ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

La película se ambienta en Leningrado, en 1945. La Segunda Guerra Mundial –sobre la que ya nos hemos pronunciado desde estas pantallas– ha devastado la ciudad y derruido sus edificios, dejando a sus ciudadanos en la miseria tanto a nivel físico como psíquico. El asedio (uno de los peores de la Historia) ha terminado, la vida y la muerte continúan combatiendo en el desastre que la guerra deja tras de sí. Dos mujeres jóvenes, Iya y Masha, tratan de encontrar un sentido a sus vidas para reunir fuerzas de cara a reconstruir la ciudad.

Fotograma del filme | ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

Sin duda alguna nos hallamos ante una de las historias con más posibilidades de triunfar en los Oscar, tras las otras grandes perlitas conocidas, a saber, Dolor y Gloria (España), Araña (Chile), o Los miserables (Francia). Y nos hallamos también ante un maestro a pesar de su juventud. Nada sorprendería si no hubiese filmado películas con temas de fondo, a lo que hay que añadir la retahíla de premios lograda. A este muchacho hay que seguirle la pista.

Fotograma del filme | ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

Vaya por delante que Una gran mujer no es una película fácil de ver. Nada tienen que ver sus 130 minutos de duración. Es difícil de ver porque retrata, con precisión de bisturí, la miseria, la desolación de un mundo por reconstruir.

Balagov se ha servido de dos intérpretes de gran nivel y gran capacidad para la gestualidad

Todo ello me ha recordado ese inmenso trabajo literario de la aplaudida autora rusa Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer. Y para leerlo, como para afrontar esta película hay que tener estómago.

Sobre todo para reconocer el realismo que Balagov ha imprimido a sus dos actrices protagonistas -espléndidas debutantes en la gran pantalla, Viktoria Miroshnichenko y Vasilisa Perelygina-, combatientes en la guerra y supervivientes en un mundo sin salidas, donde su trastorno mental, consecuencia de las heridas físicas y morales heredadas de la guerra, las ha llevado a un estado del que son incapaces de controlar como de escapar.

Fotograma del filme | ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

A su modo se entienden, pero no sus reacciones. A su modo son felices en el suburbio de la abnegación. A su modo no les queda otra que luchar por seguir viviendo. Deambulan como marionetas, sin rumbo, a ver si la pesadilla termina. Y todo ello porque se han empeñado en buscar el sentido de su existencia, como declaraba el padre de la logoterapia Víktor E. Frankl, que conocía suficientemente los campos de concentración alemanes.

Otra de las cuestiones sobre las que reflexiona Una gran mujer es la de traer hijos al mundo. ¿Pero a qué mundo?

Para ello, Balagov se ha servido de dos intérpretes de gran nivel y gran capacidad para la gestualidad -el filme abusa de los primeros planos y en gran medida la planificación es muy teatral- donde asistimos atónitos a la descomposición del ser humano, y que va a ser la línea por la que discurra el drama. En este sentido, la historia, en la que a menudo sobrevuela el surrealismo, no deja indiferente al espectador. De hecho, lo enriquece a cada pausa, a cada diálogo, a cada mirada.

Fotograma del filme | ‘Una gran mujer’: Kantemir Balagov opta por derecho propio al Oscar

Otra de las cuestiones sobre las que reflexiona Una gran mujer es la de traer hijos al mundo. ¿Pero a qué mundo? Casi como ocurría en Hijos de los hombres (Alfonso Cuarón, 2006), donde lo que se valoraba era que se perpetuara la vida, a fin de que se favoreciese la descendencia, a pesar de convivir en un mundo de caos y destrucción.

Atención a la elocuente dramaturgia del color

Por su parte, desde el aspecto visual, el director ruso juega con el rojo y el verde. Con el primero da luz a los traumas, los hechos corrosivos, al dolor, como preludio de lo que les está sucediendo a nuestras protagonistas. Y con el segundo, simplemente apunta a la esperanza.

Una gran mujer, pues, es una gran historia, de gran alcance y de gran intensidad, aunque por su crudeza no se recomienda a todos los paladares.