¡Mis queridos palomiteros! En el umbral de la celebración de los premios de cine que otorgan los Globos de Oro, Rialp relanza la teoría del crítico francés André Bazin en ‘¿Qué es el cine?’. Vaya por delante que de la renombrada editorial ya nos hicimos eco en octubre pasado, al dar cuenta del trabajo de Kim Adelman, Cómo se hace un cortometraje.
La reedición de ¿Qué es el cine?, importantísima obra de la teoría cinematográfica (ya es la 12ª, cuenta con 400 páginas y lleva editándose sin descanso desde 1975) es una prueba del creciente interés que tienen los ensayos del crítico de cine francés André Bazin para los amantes del cine.
En ¿Qué es el cine? se plasma el sentir de un hombre que vibró con el mundo de las imágenes y que dedicó su corta vida a hacerlo más inteligible y apreciado. Y no lo hizo desde una cátedra, sino desde la más pura praxis: la del espectador incansable de películas.
Rialp relanza la teoría del crítico francés André Bazin en ‘¿Qué es el cine?’
Por ello su teoría es una teoría no demasiado estructurada y sistemática. Nos encontramos con un libro realizado por Bazin, apoyándose fundamentalmente en algunos de sus innumerables artículos publicados en la prensa más o menos especializada. Un libro que constituye una síntesis del original, realizada por Jeanine Bazin, su esposa, y François Truffaut, el director de cine del momento.
Presenciamos, de este modo, un poderoso fluir de ideas que, sin intentar establecer un corpus monolítico, plantean al lector una reflexión sobre el cine, y constituyen una siembra de amor a esta forma de arte, desde la proximidad de agudos pensamientos que conectan con la realidad y con el lector por medio de una abundante y continua cita de películas, logrando una creativa unidad entre la reflexión y su objeto, esto es, entre la teoría del cine y el cine.
Así las cosas, el lector tiene entre sus manos uno de esos libros que cualquier persona que tenga el más mínimo interés por el hecho fílmico, no puede por menos de tener en su biblioteca, leer e, incluso releer, ya que en sucesivas lecturas de ¿Qué es el cine? podremos descubrir conexiones y matices que, por su mismo estilo ameno, se escapan en una primera lectura.
El lector tiene entre sus manos uno de esos libros que cualquier persona que tenga el más mínimo interés por el hecho fílmico, no puede por menos de tener en su biblioteca
Se podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con sus postulados y formas de trabajar. Pero lo que es del todo evidente, y todos reconocemos, es que Bazin es un maestro entre maestros y ¿Qué es el cine? es, tal vez, uno de los libros de teoría del cine más importantes que se han escrito.
De él han bebido y seguimos bebiendo, con más concordancias o más discrepancias, todos aquellos que, de alguna manera, estamos inmersos en esta maravillosa «realidad», entre mágica y verdadera, que hemos dado en llamar Cine, la séptima de las artes.
En palabras de Bazin, su obra “no supone tanto la promesa de una respuesta como el anuncio de una pregunta”, que da título al libro: ¿Qué es el cine? Según escribe, sus capítulos “no pretenderán, por consiguiente, ofrecer una geología y una geografía exhaustivas del cine, sino solamente lanzar al lector en una sucesión de sondeos, de exploraciones, de vuelos de reconocimiento con ocasión de las películas propuestas”.
En sintonía con su visión realista, el autor se decanta por aquellas películas que articulan un sentido por medio de la duración temporal y la profundidad de campo; no tanto mediante el montaje, un recurso –a su parecer– más literario que cinematográfico, que elimina la rica ambigüedad de los hechos.
El autor se decanta por aquellas películas que articulan un sentido por medio de la duración temporal y la profundidad de campo
De entre todos los títulos mencionados, destacan los pertenecientes al neorrealismo italiano; Bazin alaba la ausencia de artificio y “la impresión de constante verdad” de películas como Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1948), Umberto D (Vittorio de Sica, 1952) o Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945).
Se trata de un libro destinado a lectores cinéfilos y, por ello, es de justicia advertir sobre la dificultad de algunas de sus páginas.
¡Feliz Día de Reyes!