¡Mis queridos palomiteros! ‘El noveno día’: Agónica encrucijada de un cura católico en Dachau. Son tiempos complicados los de estos días, donde a veces no sabemos por dónde tirar, cómo hacer más llevaderos los tiempo. O cuál es la mejor de todas las opciones. Y todo ello me ha recordado a este drama bélico, que recibió el premio bravo en el año 2006.
El galardón lo otorgaba la Conferencia Episcopal Española. En concreto puso el acento «al poner de manifiesto, en la persona y circunstancias de un sacerdote católico en un campo de concentración alemán durante la II Guerra Mundial, la condición histórica de la Iglesia, que obliga a los cristianos a serlo en medio de las contradicciones y complejidades de cada momento histórico, en cuya diversidad siempre brilla en ellos la misma esperanza de salvación y de salvaguarda de la dignidad del ser humano».
La historia arranca en un campo de concentración nazi, donde se encuentra el padre Henri Kremer, un sacerdote católico que está viviendo los horrores del holocausto. Los alemanes quieren que el obispo de Luxemburgo, sin contar con el Vaticano, firme un acuerdo para permitir a los nazis actuar, algo que va en contra de su moral, creencias y fe.
‘El noveno día’: Agónica encrucijada de un cura católico en Dachau
Por ello, un miembro de la Gestapo deja salir al padre Kremer durante nueve días para que consiga convencer al obispo y firme el acuerdo, chantajeándole con liberar a su familia y dar a los sacerdotes una vida mejor lejos de los muros del campo de Dachau.
Se trata, pues, de un duro drama sobre la vida y circunstancias de un sacerdote real. La película es una adaptación de los relatos autobiográficos del cura luxemburgués Jean Bernard y la dirección corrió a cargo del alemán Volker Schlöndorff (El tambor de hojalata) y protagonizada por Ulrich Matthes (El hundimiento).
La historia presenta a un hombre de fe que se encuentra en un terrible dilema moral, donde el remordimiento y la culpabilidad le atormentan continuamente, sin dejar de lado sus profundas creencias, que le darán fuerza suficiente para afrontar la situación.
Mención especial para el anguloso rostro del actor Ulrich Matthes, que tan bien conviene a uno de los torturados presos del abyecto régimen nazi. Curiosamente, el mismo año en que rodó este filme, Matthes interpretaba en El hundimiento un papel radicalmente distinto: Daba vida a Goebbels, un atroz ministro de Hitler. ¡Qué extraño es, a veces, el oficio de actor…!
El noveno día, por su parte, cuenta con un excelente guión y está acompañado de una suave banda sonora y de una fotografía oscura y fría que ayudan a que la película se convierta en un filme profundo y muy recomendable.