¡Mis queridos palomiteros! Wong Kar Wai insiste en que seas feliz con ‘My blueberry nights’. Se trata de otra gran película del prestigioso director chino (Deseando amar, 2046), la primera que rueda en tierra norteamericana, dialogada en inglés, a pesar de que en el resultado final han contribuido también Francia, China y Hong Kong.
Pero con independencia de estas aclaraciones el cineasta hongkonés continúa siendo un romántico, un enamorado del cine, de la condición humana, de sus miserias y sus virtudes.
A través de algunos clichés y tópicos narrativos, un desarrollo convencional y un ritmo pausado, el cineasta oriental disecciona -en esta road movie– las distintas facetas del alma humana, al tiempo que nos cuenta una tierna y conmovedora historia de amor.
Los personajes cobran vida dentro y fuera de la pantalla gracias a cuatro intérpretes soberbios –Law, Strathairn, Weisz y Portman– y a uno de los descubrimientos interpretativos de los últimos tiempos, la cantante Norah Jones.
Wong Kar Wai insiste en que seas feliz con ‘My blueberry nights’
Por su parte, My Blueberry nights cuenta la historia de Elisabeth, una joven que tras sufrir un desengaño amoroso, decide romper con todo e iniciar un viaje por América con la intención de hallar su propia identidad y comenzar una nueva vida lejos de los fantasmas del pasado.
Así las cosas, para paliar su soledad, Elisabeth mantendrá contacto con Jeremy, un camarero con el que entabló cierta amistad antes de huir. A él le irá narrando a través de postales sus pensamientos. Y también las experiencias compartidas con todas aquellas personas que se crucen en su camino y que, de un modo u otro, influirán en su forma de ver el mundo.
My Blueberry nights, más allá de ser una película sobre la búsqueda del amor o de uno mismo, es una historia sobre el camino en sí
Por su lado, Darius Khondji se hace con las riendas del increíble diseño de fotografía (que consigue imágenes muy expresivas y luminosas), dota a la película de una aureola colorista -como los protagonistas del filme- y acentúa cada plano en el marco de una aventura sencilla y algo previsible, cuyas historias amorosas se desarrollan en torno a una barra de bar; un lugar donde se trazan puentes entre dos formas de ver la realidad.
Otro aspecto a destacar es la banda sonora, donde Kar Wai selecciona los mejores temas de Cat Power, metida a actriz en esta ocasión, cuyos compases van siempre un paso adelante en este drama romántico.
De esta manera, My Blueberry nights, más allá de ser una película sobre la búsqueda del amor –como hizo el japonés Mamoru Hosoda en Mirai, mi hermana pequeña-, o de uno mismo, es una historia sobre el camino en sí.
O dicho de otro modo: Wong Kar Wai, en este viaje emocional, es terco y no ceja en buscar las razones para que el hombre encuentre su hueco en el amor, su espacio para la felicidad: un mensaje esperanzador, lleno de vida, optimista… que no se cansará de repetir una y otra vez.