¡Mis queridos palomiteros! ‘El coro’: Drama eficaz contra el ‘bullying’, dirigido por François Girard. Hace cinco años llegaba a los cines, gracias a A Contracorriente Films, esta cinta que revitaliza el género musical, a cargo de este polifacético cineasta canadiense, autor de El violín rojo, filmado en 1998.
El coro centra su atención en Stet. Es un chico rebelde, solitario, y con bastantes problemas. Se quedó huérfano a las 11 años tras la muerte de su madre y, desde su Texas natal, fue trasladado a un internado musical gracias a la ayuda de un mecenas anónimo. Pero en este colegio siempre se sintió fuera de lugar.
Entonces Stet decide a formar parte del coro del colegio, un grupo coral que viaja por todo el mundo y mantiene el prestigio de la escuela. Y es allí cuando el joven tiene serias enfrentamientos con el profesor encargado del coro. Sin embargo, el maestro descubre en Stet un lado artístico y quiere ayudarle a fomentarlo, pero el niño no está interesado en cantar y se niega a colaborar con él.
Sin caer en la ñoñez ni en la sensiblería, aunque naturalmente la cinta comparta elementos comunes con otras películas como Los chicos del coro (2004) o Billy Elliot (2000), El coro aporta una brillante ejecución narrativa que hace bastante agradable el relato. Del equilibrio entre el guión y el lenguaje fluido de los diálogos es responsable el libreto impoluto de Ben Ripley, de cuyo buen hacer ya nos dejó claro en Código fuente (2011).
‘El coro’: Drama eficaz contra el ‘bullying’, dirigido por François Girard
Pero lo más importante del filme es cómo se las ha ingeniado Girard para convencer al gran público de la importancia de reivindicar el esfuerzo por hacer las cosas bien, cómo inculcar al alumno valores éticos, ser disciplinado y saber apreciar la esencia de la familia.
Naturalmente, el feliz resultado de esta amable historia reside en el elenco: bravo por los oscarizados Dustin Hoffman, Kathy Bates y el muchacho debutante en cine, Garret Wareing.