‘De padres a hijas’: Russell Crowe protagoniza con éxito esta atractiva historia sobre la filiación, dirigida por el aclamado cineasta italiano Gabriele Muccino
¡Mis queridos palomiteros! ‘De padres a hijas’: Gabriele Muccino reconstruye dramas familiares. Hace cinco años, Entertainment One Films Spain distribuía en salas comerciales esta intensa historia, cuyo director ya había triunfado con las conmovedoras En busca de la felicidad (2006) y Siete Almas (2008).
En el caso que nos ocupa, afronta de nuevo el conflicto padres-hijos, corriente cinematográfica cada vez más extendida y con más flecos por cortar.
En este sentido, tenemos un ejemplo relativamente reciente, sólo que en este caso el meollo del drama lo gestiona una madre coraje y su hija. Me estoy refiriendo a Próxima, esa historia vivificante que también pone sobre el tapete el asunto de la complicada conciliación familiar.
Por su parte, De padres a hijas cuenta la historia de Jake Davis (Russell Crowe), un novelista ganador del Premio Pulitzer. Su vida no es nada fácil ya que debe lidiar con la educación de su hija de 5 años, después de la dramática muerte de su mujer en un accidente de coche.
La educación de Katie en Nueva York no es sencilla. Jake es mentalmente inestable debido a sus crisis nerviosas. Veinte años más tarde, Katie hace frente a las consecuencias de su difícil infancia atendiendo a niños con problemas psicológicos.
‘De padres a hijas’: Gabriele Muccino reconstruye dramas familiares
Desarrollada en dos tiempos paralelos, el filme no es tan redondo como En busca de la felicidad, pues en esta ocasión no encuentra tanta frescura y se notan impostados algunos de los resortes melodramáticos, aunque no llega a caer en la cursilería barata.
Sin embargo, lo importante de esta película es que su director la rueda con fluidez, imprime elegancia a los puntos más sórdidos del relato, transmite la fuerza del amor paterno-filial y explora bien la idea de que todo lo que sucede en la infancia tiene después eco en la edad adulta.