¡Mis queridos palomiteros! ‘Espías desde el cielo’: Gavin Hood cuestiona la moralidad del espionaje. Entertainment One Films Spain llevó a los cines hace cinco años este espléndido drama de suspense, dirigido por este cineasta sudafricano (X-Men orígenes: Lobezno) y escrita por el inglés Guy Hibbert (Omagh).
El filme cuenta la historia de la coronel Katherine Powell, una oficial de inteligencia que opera desde Londres y dirige a distancia una operación de alto secreto con drones para capturar a un grupo de peligrosos terroristas en su piso franco de Nairobi, en Kenia.
Sin embargo, cuando Powell se da cuenta de que los terroristas se preparan para emprender una misión suicida, se ve obligada a cambiar la operación de “capturar” a “matar”. Pero Steve Watts, el piloto de uno de los drones, descubre que en la zona cercana a la casa también hay una niña de nueve años y los gerifaltes están decidiendo si es conveniente salvarla, o no, aunque se pueda poner en peligro la vida de 80 personas.
Una decisión que no sólo afectará a la imagen política del gobierno, sino que también le posicionará en distintas implicaciones sociales y morales. Para tomar una decisión la coronel tendrá que contactar urgentemente con políticos y abogados.
‘Espías desde el cielo’: Gavin Hood cuestiona la moralidad del espionaje
Espías desde el cielo constituye la mejor aproximación vista hasta la fecha al nuevo tipo de espionaje y de guerra que la tecnología nos ha traído -con el permiso de Red de mentiras-, aunque a veces patine por la cierta inverosimilitud que exhibe el guión en este apartado, asunto que también se aprecia en el tramo final del drama.
Pero se le consiente porque aporta novedades relacionadas con la guerra preventiva, es decir, que plantea un dilema moral en cuanto a qué hacer si para conseguir un objetivo tengo que liquidar antes a otro o a otros. En ese sentido su planteamiento no es desafortunado y tampoco justificable, pero al menos su director, Gavin Hood, no echa sal gorda sobre la herida.
Eso sí, el filme deja en claro el peligro al que se ve sometido el mundo debido a la constante amenaza terrorista y a su vez nos recuerda lo vigilados y controlados que estamos, como su fuéramos parte de ese Gran Hermano que propugnaba con inteligencia y responsabilidad George Orwell.
Otra de las virtudes de la película -muy en sintonía con los actuales conflictos en la política internacional- es que cuenta con unas raíces sólidas y que luego sabe cómo desarrollarlas para mantener el vilo al espectador sin caer en la tentación de introducir giros cuestionables para alargar la misión, pero lo que realmente eleva al filme a todos los estadios es su reparto.
El filme deja en claro el peligro al que se ve sometido el mundo debido a la constante amenaza terrorista, y a su vez nos recuerda lo vigilados y controlados que estamos
Además, Espías en el cielo despliega tensión de principio a fin, con el mérito de narrar una sola misión y hacerlo casi en tiempo real, y acepta que para evitar un mal mayor puede ser legítimo causar la muerte de quienes preparan un atentado masivo, pero también reconstruye con distanciamiento crítico el papel de los que intervienen en la toma de la decisión final.
No es, en todo caso, un filme demasiado discursivo, mantiene el suspense y consigue crear el ambiente ‘in crescendo’. Por si fuera poco, como ya hemos apuntado, cuenta con un reparto de lujo inolvidable. Alan Rickman estaría orgulloso del resultado.