¡Mis queridos palomiteros! ‘Hospitalarios, las manos de la Virgen’: Esperanza para los enfermos. El año pasado las salas de cine españolas acogían el estreno del poderoso y emocionante documental Hospitalarios. Las manos de la Virgen, que supuso el impactante debut en el cine del periodista Jesús García, que ha hundido el bisturí en la temática religiosa con resultados exitosos, no sólo a través de sus libros -no dejen de leer Medjugorje (Libros Libres, 2009)-, sino también como se acredita en su participación en la Fundación Gospa Arts o en el arranque del desaparecido semanario Alba.
Por si no fuera suficiente, también ha escrito el lúcido guión de Hospitalarios. Las manos de la Virgen junto a Victoriano Rubio. El trabajo resultante es una producción que corre a cargo de la precitada Fundación Gospa Arts y de la distribución en España responde la aclamada Bosco Films.
Como se sabe, una pequeña aldea al sur de Francia es, desde 1858, el destino de unos inverosímiles viajes: hombres y mujeres con todo tipo de dolencias y enfermedades que, por sí mismos o llevados por otros, llegan en peregrinación a la conocida como Gruta de Lourdes.
Estas peregrinaciones hoy se siguen haciendo, pero nunca antes se habían filmado… desde dentro. Hospitalarios. Las manos de la Virgen muestra una realidad asombrosa, en la que la belleza de la entrega irrumpe en la dureza de la vida golpeada por la enfermedad, para colmarla de dignidad, amor y visibilidad, como testimonio también de que, desde la enfermedad o la discapacidad, hay mucho que ofrecer al mundo.
‘Hospitalarios, las manos de la Virgen’: Esperanza para los enfermos
En otras ocasiones ya hemos hablado del impacto que tiene el documental en el séptimo arte y de cómo su tratamiento cada vez resulta más atractivo. A los laureados especialistas del género se suma Jesús García, donde las peregrinaciones al santuario francés de Lourdes, enfermos y cuidadores, son los héroes del filme.
El documental pretende poner el foco en el sentido que damos al dolor y al sufrimiento del ser humano a través de una mirada tierna y luminosa, alejada de cualquier estereotipo al uso.
A Jesús García no le interesa hablar de los milagros que han sucedido en Lourdes, sino que se sirve de polifórmicos y muy emocionantes testimonios de familiares, sacerdotes, voluntarios y enfermos en los que se aprecia un brillo especial. Eso que es tan difícil de hallar hoy día en el cine, no digamos ya si esto ocurre en la sociedad actual trufada de codicia y hedonismo. Por eso este documental resulta reparador tanto para creyentes como para no creyentes, y porque te hace ver que en el mundo también suceden cosas buenas que deben ser contadas.
Por otro lado, el documental quiere dejar claro que el fundamento de estos voluntarios no está reñido con llevar una vida social plena, donde los hay con pareja o si les apetece salen a divertirse sanamente por discotecas. No son monjas ni nada por el estilo. Sobra decirlo, pero vale la pena aclararlo.
El documental resulta reparador tanto para creyentes como para no creyentes, y porque te hace ver que en el mundo también suceden cosas buenas que deben ser contadas
Desde el punto de vista técnico, resulta muy agradable la voz en off, los subtítulos sobre fondo negro, que son citas bíblicas y dan paso a nuevos capítulos del largometraje, así como la naturalidad de su colorida puesta en escena. Vamos, que podríamos estar hablando de un reality sobre la autenticidad del ser humano que busca un motivo por el que sentirse vivo.
Hospitalarios. Las manos de la Virgen, pues, apuesta por el triunfo del amor desde otro vértice, al que apenas estamos acostumbrados, y sus consecuencias resultan tan impactantes y enriquecedoras como gratificantes.