¡Mis queridos palomiteros! La actriz Rosa Puga Davila propuesta para los Goya por ‘Arima’. Se halla ante mí esta polifacética y simpática actriz gallega, que cuenta con un currículo envidiable.
Titulada en Arte Dramático por la RESAD y por el CNC -fue alumna de Arnold Taraborrelli-, se licenció en Comunicación Audiovisual por la UPSA y desarrolló con éxito el Máster en Estudios Avanzados de Teatro por la UNIR.
Además se ha formado con distintos maestros en disciplinas como danza, voz, canto e interpretación en España, Londres y Nueva York. Forma parte del elenco de más 40 montajes teatrales y es productora de varias piezas teatrales con su compañía. En el terreno del audiovisual desarrolla su actividad en el cine y la televisión. Además es autora de numerosos artículos periodísticos, publicaciones sobre teatro, y algunas piezas teatrales y guiones.
En la actualidad trabaja como actriz, imparte Teatro en el ámbito rural y recientemente ha dirigido su primer musical. Talento no le falta. Tal vez por ello ha sido propuesta como mejor actriz de reparto para los premios Goya por su trabajo en el drama Arima, dirigido por la joven donostiarra Jaione Camborda. Pasen y lean.
La actriz Rosa Puga Davila propuesta para los Goya por ‘Arima’
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la interpretación?
A los 18 años expresé, contra todo pronóstico, mi deseo de ser actriz y, aunque mi padre fue a Madrid y me matriculó para hacer las pruebas de la RESAD, en ese momento no llegué a presentarme a los exámenes y comencé a estudiar Periodismo, dado que siempre me había gustado escribir. Al acabar la carrera en Salamanca me fui a Madrid.
Allí comencé a estudiar interpretación mientras me empleaba de periodista. Y desde los 23 años hasta la actualidad nunca he dejado de formarme y trabajar ya que me encanta aprender y mejorar poquito a poco a cada pasito que doy. De hecho, es la dinámica que intento seguir a día de hoy; me encanta aprender y soy una fiel defensora de la profesionalización y la dignificación del oficio del intérprete.
¿Cine o teatro?
Soy actriz y mi trabajo es contar historias, independientemente del lenguaje que se emplee, pero mentiría sino dijese que el teatro es mi cuna, mi hogar y el lugar donde siento las raíces de mi oficio. Tengo la suerte de compartir espacio y tiempo con el público. Y siento que ese acto de comunicación, vivo, único e irrepetible, es un auténtico privilegio.
No hay papeles ni trabajos pequeños, en cada paso que damos podemos ser el tipo de actrices que queremos ser
¿Qué es lo que más le gusta de su oficio?
La oportunidad que me da de ejercitar la compasión y la empatía. Al tiempo, cuando trabajo sobre un personaje, experimento un viaje que sin duda me hace crecer como persona. Ponerme en la piel del otro implica no juzgarle y salir de mí misma. De esta manera puedo acercarme a realidades diferentes, a fin de comprender mejor el comportamiento del ser humano.
Todo ello es algo muy valioso, un verdadero tesoro que nos regala nuestro oficio. Creo que no hay nada que despierte más curiosidad en sí que el comportamiento de las personas y sus motivaciones. Cuando trabajo en teatro me encantan los momentos que vivo con mis compañeros y compañeras al llegar al teatro.
Especialmente, cuando montamos y desmontamos la escena. Son muy especiales las experiencias que se comparten, las relaciones que se establecen en los ensayos, en los rodajes, en las representaciones… En este trabajo una conoce a personas que se convierten en amigas y así se va tejiendo una familiaridad muy especial, una familia.
Ha sido un reto construir un personaje cuyo arco interpretativo no se mueve en la concreción
¿Cómo recibió la noticia de que había sido propuesta como mejor actriz de reparto para los Premios Goya por su participación en ‘Arima’?
Con alegría, ya que la convocatoria viene de las personas que confiaron en mí para interpretar a Elena. Para mí, el hecho de que ellas tengan esa consideración de mi trabajo es lo más importante y un premio en sí. Reconozco que aunque soy muy exigente con mi trabajo y considero que me entrego a los procesos. De hecho, cuando finalizo un proyecto siempre me pregunto si mis intenciones y esfuerzo se han visto volcados en el trabajos, es más, me pregunto si la directora se habrá quedado realmente satisfecha conmigo. Por ello sólo puedo mostrar mi gratitud por el gesto que implica esta candidatura.
Es maravilloso premiar un arte que exige tanto y a sus profesionales
¿Qué motivó su participación en ‘Arima?
Una llamada de teléfono de su directora, Jaione Camborda, y de su ayudante de dirección, Conchi Iglesias Pumar, que recibí con mucha alegría. Jaione me había visto trabajar en teatro hace años en la antigua Sala Triángulo de Madrid cuando representaba Nuestra señora de las Nubes, de Arístides Vargas, y Conchi me había hecho el casting para Fariña, de Carlos Sedes, en el que tuve un par de sesiones. Ellas motivaron mi participación en Arima y para mí no hay nada más inspirador e ilusionante que poder participar en proyectos tan auténticos y valientes, y con un lenguaje tan propio y único como el de Jaione.
¿Cuál fue su mayor reto al rodar esta historia?
Arima es una película de autora independiente que se rodó en pocas semanas. La mayor parte se filmó por la noche, con frío, agua, perros, lluvia, etc. Podría decir que contaba con una serie de elementos que hacen complicado un rodaje, pero mentiría si dijese que fue duro o que esos fueron mis retos.
En realidad, mi reto fue vencer y/o convivir con mis inseguridades e intentar hacer un buen trabajo. En teatro siempre estoy en activo, participo en una media de dos o tres montajes al año, pero en el formato audiovisual mi trabajo ha sido más intermitente. Hasta el momento, Arima ha sido el proyecto con más sesiones que he hecho en cine. A nivel artístico, también ha sido un reto construir un personaje cuyo arco interpretativo no se mueve en la concreción. Arima es una película de sugerencias y de atmósferas muy especiales.
En ese sentido, la dirección de Jaione resultaba fundamental; ella sabía cómo conducirnos por ese mundo. Cada vez que veo Arima descubro algo nuevo, algún matiz en el que no había reparado. Por momentos tengo la sensación de que es una historia que en cada proyección cobra vida propia.
De hecho, creo que el público sale de ver Arima con la misma sensación que todavía tenemos hoy los que hemos formado parte del proyecto: se nos invita a viajar por su misterio y por todos sus recovecos, aunque la aventura no dé todas las respuestas. Espero que el espectador pueda reconocerse en estas sensaciones y que nunca deje de estar abierto a dudar e incluso a no entenderlo todo.
El quehacer de tantos años me ha devuelto cierta confianza en la importancia de un trabajo realizado con esmero y le ha restado valor al factor suerte
¿Qué ha aprendido de esta experiencia? ¿Le ha reafirmado en algo?
Me ha reafirmado en lo importante que es volcarse en cada uno de los trabajos en los que una se embarque. No importa la idea que tengamos de su posible impacto, el número de líneas del texto que tengamos o las sesiones a las que nos convoquen. Tampoco es relevante el tamaño del teatro, la cadena de televisión o la plataforma…
No hay papeles ni trabajos pequeños, en cada paso que damos podemos ser el tipo de actrices que queremos ser. He aprendido que hay que agradecer cada momento porque cada uno de ellos nos permite seguir aprendiendo. El quehacer de tantos años me ha devuelto cierta confianza en la importancia de un trabajo realizado con esmero y le ha restado valor al factor suerte. Con Jaione he asistido al claro ejemplo de la valentía y convicción que requiere respaldarse a una misma en el trabajo como una creadora que se emplea en sacar adelante sus proyectos e historias siendo fiel a un lenguaje propio.
¿Cuándo se jubila un actor?
Hablar de jubilación en nuestro oficio no sé si es la palabra que más responde a la realidad de la precaria vida del intérprete. ¡Ojalá fuera posible para todos tener esa opción! Muchos actores y actrices soñarían con el simple hecho de poder optar a una jubilación, ya que eso significaría que han trabajado regularmente durante años. La situación actual del actor profesional en España creo que lo hace bastante difícil. Es triste, pero así estamos.
Hasta los errores más decisivos y las pérdidas más dolorosas siento que me han regalado el aprendizaje que necesitaba
¿Si pudiera dar marcha atrás, ¿qué cambiaría?
Pese a todo, creo que nada. Hasta los errores más decisivos y las pérdidas más dolorosas siento que me han regalado el aprendizaje que necesitaba. Siempre hay momentos que una hubiera deseado que fuesen de otro modo, pero no me atrevería a cambiarlos pues son instantes que nos han hecho como somos.
¿Qué opina sobre los premios de cine?
Son una gran ocasión para celebrar el arte y para que los profesionales del cine se encuentren. No he ido a muchas entregas y no suelo verlas por televisión, siempre he preferido leer en prensa la información al día siguiente para saber quiénes fueron las premiadas y los premiados. Me gusta conocer sus trayectorias. Es maravilloso premiar un arte que exige tanto y a sus profesionales, pero lo que vienen a ser las Galas y su puesta en escena es algo que siento lejano.
¿Cuál es su percepción sobre el cine independiente?
Tremendamente inspirador. En un mundo donde prima la imagen y los patrones que dictan el éxito, me parece una fortuna cuando tengo la oportunidad de participar en proyectos independientes.
¿Cuáles fueron los primeros directores o directoras de cine independiente o de autor con los que soñaste trabajar?
Paul Thomas Anderson, John Cassavetes, Sofia Coppola y Lars von Trier.
¿Su mayor tesoro?
Las vivencias.