¡Mis queridos palomiteros! Miguel Cobaler publica ‘La pantalla del halcón’, su rotunda opera prima. En un contexto en el que cada vez es más fácil imaginar un guion de HBO cuando leemos una historia de suspense, nos encontramos ahora ante la valiosa y atractiva historia del joven autor Miguel Cobaler. A la sazón consultor y docente, ha volcado sus experiencias profesionales en esta ficción que está registrando muy buenos resultados en Amazon en su primer mes de andadura.
El escenario podría ser actual o futurible (según lo interiorizados que tengamos los avances tecnológicos), en medio de una sociedad digital cuyas clases dominantes, desde el poder ejecutivo a los gurús religiosos, acaparan las bondades online para controlar a la población y ahorrar costes.
Miguel Cobaler publica ‘La pantalla del halcón’, su rotunda opera prima
A modo de analogía con V de Vendetta, el pueblo puede aceptar estas vanguardias digitales con sumisión o conspirar contra sus señores. Así, las principales familias aristocráticas del país se enzarzan en una furiosa lucha por el poder, económico y político, sirviéndose de una ciudadanía cada vez más comprensiva con el incipiente terrorismo antidigital y, también, de sus vicios más primarios.
Se aprecian reflejos de Juego de Tronos (sin dragones) y de 1984, con unos personajes muy definidos desde el punto de vista psicológico, pero no fácilmente identificables como «buenos» o «malos». Así las cosas, nuestros protagonistas -a quienes conoceremos desde su infancia hasta su etapa adulta- van tejiendo relaciones interesadas entre sí y van entregándose al sexo y a la violencia para obtener sus fines y consolidar su prestigio. El qué dirán, por delante.
Al tiempo, se irán desvelando las auténticas ambiciones políticas de cada uno y los sucesivos avances digitales que el Gobierno va implantando para «mejorar» la vida de los ciudadanos y, con ello, centralizar el poder. De esta manera, en el camino se quedarán miles de empleos. Serán sustituidos por máquinas hasta que, incontroladamente, unos jóvenes idealistas, bien entrenados (en un ambiente algo Gladiator), consiguen sabotearlas en busca de recuperar las dinámicas del pasado.
Además, La pantalla del halcón contiene solventes escenas de acción, inspiradas en las películas asiáticas de artes marciales. En ellas se aprecia el buen gusto por las secuencias dramáticas que le confieren un ritmo absolutamente trepidante. Muy recomendable.
