¡Mis queridos palomiteros! Entrevista a Elsa Amiel (Pearl): «Aún no hemos superado los estereotipos». A sus 42 años, la actriz parisina ha estrenado con éxito Pearl, su opera prima, y lo ha hecho nada menos que lanzándose al ruedo del culturismo femenino a través de un sólido drama que pone en contraste el mundo de esta disciplina con las dificultades que entraña ser femenina y ser madre. A su pericia como experta ayudante de dirección, se suman ahora sus cualidades como directora de cine. Por fortuna, he podido hablar con ella.
¿Cómo se origina esta historia?
Tenía ganas de hablar del cuerpo como seña de identidad y de cómo vive cada uno con su cuerpo. También quería que el personaje principal fuese una mujer con la que pudiera plantearme temas en torno a la feminidad.
Y en el entretanto de estos dos asuntos me topé con el trabajo del fotógrafo Martin Schoeller, que había realizado una exposición de fotos de culturistas femeninas, justo antes de que se subieran al escenario.
De esta manera consideré que podía filmarse una historia con estos ingredientes. Sobre todo me interesaba conocer cómo había sido el cuerpo de esas atletas antes y qué camino habían hecho hasta llegar al momento presente.
Así las cosas, fui a ver unos concursos de culturismo y enseguida sentí que tenía que escribir sobre lo que estaba viendo. Por cierto, apenas hay películas en torno al culturismo, y no digamos ya sobre el culturismo femenino.
Entrevista a Elsa Amiel (Pearl): «Aún no hemos superado los estereotipos»
¿Por qué para su debut en el largometraje ha puesto en valor el culturismo femenino?
Cuando se habla de culturismo se piensa enseguida en el hombre, es decir, la fuerza, el poderío, la potencia, los músculos…. etc. Y precisamente quería poner en contraste ese mundo con el de la mujer. Después he conocido a atletas mujeres culturistas, que se sienten totalmente realizadas con este deporte, y que en ningún caso vienen a competir con los hombres.
¿Qué hay de cierto sobre la soledad de los atletas de élite?
Todo lo que es cierto es verdadero. Lo que me llama más la atención es esa imagen que se supone que es de fuerza. Y eso es muy interesante porque a fin de cuentas hay que construir ese cuerpo. Y construirlo a base de muchísimo sacrificio, que implica aislarse del mundo para poder alcanzar ese nivel de perfección. Por ejemplo, todos los días hay que comer siete veces, y no sirve cualquier comida. Todo ello conlleva a que tengan que relacionarse solo con personas de ese entorno. Naturalmente, la soledad y la fragilidad de estas atletas es muy alta, a pesar que nuestra protagonista se sienta cómoda en ese ambiente.
¿Qué es para Ud. la familia?
Algo muy importante en mi vida. En Pearl planteo un un prototipo de mujer que no quiere ser madre, una mujer que no responde a los dictados de la sociedad. Y lo hago porque a las mujeres siempre nos están cuestionando cuál es el lugar que ocupamos en la sociedad. Aún no hemos superado los estereotipos.
En el caso de Pearl, la imagen de los varones no queda en buen lugar. ¿Quería sumarse a la causa del Me Too?
La película se rodó mucho antes del Me Too. Y disiento de usted, me gustan los personajes que aparecen en la historia. No pretendía lanzar ninguna consigna machista, ni mucho menos poner el acento en “mujeres al poder”. Tan solo quise hacer hincapié en lo compleja que es la vida, con sus encuentros, con sus contrariedades y con todo. Sin más.
La película cuestiona la supervivencia del ser humano cuando no se cumplen los objetivos de sus personajes
A priori, Pearl responde a todo lo que se supone que es… un coach que abusa de sus atletas o un hombre que obliga a la mujer a afrontar sus responsabilidades como madre. Todos tienen sueños y muchos de ellos no se han llevado a término. A fin de cuentas la película cuestiona la supervivencia del ser humano cuando no se cumplen los objetivos de sus personajes. El padre del bebé de Julia siempre está ahí. Y sí, está lleno de defectos, es torpe y todo lo que tú quieras, pero se ocupa de su hijo durante muchos años. Es un padre que ama.
¿Qué directores de cine son sus referentes?
Adoro el cine italiano de Grabiele Antonini o el de Ettore Scola… Recuerdo que el director de fotografía siempre me preguntaba, ¿pero en qué películas nos podemos inspirar? Y yo le decía que me parecía mejor que nosotros buscásemos nuestro propio lenguaje y así crear algo propio.
¿Cómo espera que reaccione el espectador tras ver Pearl?
Tengo mucha confianza en el espectador, confío en su curiosidad, en su inteligencia, en que se implique. Espero que el boca a boca pueda funcionar, y que el público se cuestione ciertos temas, que le llene de curiosidad, que alimente el debate. Con todo esto yo ya sería muy feliz. Tengo la sensación de que España puede ser diferente de Francia y el mundo anglosajón. Y eso me llena de esperanza y de ilusión.