¡Mis queridos palomiteros! ‘Tierra de abundancia’: Wim Wenders más genial que ‘Tan lejos, tan cerca’. Hace ya un par de días que estamos recordando la grandeza del cine a través de sus películas más representativas. Al menos, representativas en el fondo de cuanto en ellas se narra. De esta manera, vamos rescatando retales de aquellos temas que decían mucho más de lo que pudiera detectarse en un primer visionado, pero que examinados después no podemos dejar de hablar de ellos.
El otro día pusimos en valor la experiencia con la espléndida historia de Ben-Hur, ayer con Ghost y hoy quisiera aportar mi granito de arena con Tierra de abundancia (Wim Wenders, 2004). Naturalmente, el formato de exposición es a través de videocrítica, que encontraréis al final de este texto. Por el momento os dejo con una descripción argumental del drama.
‘Tierra de abundancia’: Wim Wenders más genial que ‘Tan lejos, tan cerca’
Paul (John Diehl) es un veterano de Vietnam excesivamente patriótico y obsesivo que tras los atentados terroristas de las Torres Gemelas, vive en un estado continuo de desconfianza. Sufre delirios y ante el temor a un nuevo ataque, se dedica a investigar por su cuenta a todos los árabes que considera sospechosos.
Su comportamiento choca con el de su sobrina, Lana (Michelle Williams), una joven idealista y con creencias religiosas que ha vivido en Europa y África. A su regreso a Los Ángeles, se dedica a atender un comedor religioso para pobres en un suburbio. Busca y desea vivir en una tierra libre, abierta y generosa. Sólo se tienen el uno al otro, no hay más lazos familiares, por lo que se ven obligados a mantener una relación a pesar de sus puntos de vista tan diferentes.
Una relación especial que se afianza cuando asisten casualmente a un incidente que tiene como protagonista a un vagabundo árabe. A través de los dos personajes principales se perciben los matices del dolor y la confusión de todo un pueblo.