¡Mis queridos palomiteros! ‘La llegada’: Rotundo thriller sobre el amor incondicional en otra galaxia.
En los últimos días hemos dado salida, en formato de videocrítica, a algunas de las películas que, a mi juicio, mejor definen al ser humano en su dimensión antropológica y en su visión de un mundo que trasciende. Sin ñoñerías ni trucos de magia baratos. Por eso me gusta hablar de ellas.
Tras la épica Ben-Hur, la romántica Ghost y el thriller bélico Tierra de abundancia, hoy nos adentramos con La llegada (Denis Villeneuve, 2016). Y es que hace seis años las salas de cine españolas recibieron -gracias a Sony– a una de las películas más atractivas sobre este género. Se trataba del primer coqueteo del precitado director canadiense (Sicario, 2015) con la ciencia ficción, donde se ha desenvuelto con comodidad, antes de encargarse de la secuela de Blade Runner (2017). Así que, de nuevo, la videocrítica toma la palabra y es la que vais a encontrar al final de este artículo. Os dejo con una descripción genérica de la película.
‘La llegada’: Rotundo thriller sobre el amor incondicional en otra galaxia
Doce naves alienígenas de más de 500 metros de altura han llegado a la Tierra, situándose en diversos puntos del planeta. La respetada experta en lingüística Louise Banks (Amy Adams) es entonces requerida por el Gobierno de los Estados Unidos con el fin de descifrar y traducir el mensaje que los extraterrestres intentan transmitir a la humanidad.
Louise viajará hasta Montana, Estados Unidos, junto al físico Ian Donnelly (Jeremy Renner), para intentar establecer una comunicación con los visitantes. Juntos trabajarán para encontrar los patrones de la lengua que pretenden descifrar y llegar así a las respuestas para las cuestiones que arroja este sorprendente suceso.
En concreto las dos que plantea el coronel Weber (Forest Whitaker), al mando de la operación: de dónde vienen y qué es lo que pretenden. Ante la amenaza de una posible guerra de escala global con los extraterrestres, a ojos de las discrepancias entre los gobiernos por las estrategias que deben seguir, los líderes políticos, militares y científicos de los países involucrados, deben llegar a un acuerdo para que la situación no se complique aún más, y evitar así un conflicto cuyas consecuencias podrían ser catastróficas para la raza humana.