¡Mis queridos palomiteros! ‘El arte parodiado’: Cátedra lanza el apasionante trabajo de Carlos Reyero.
La prolífica editorial Cátedra, de la que ya hemos informado desde estas pantallas, ha publicado la semana pasada en su colección Arte Grandes Temas, El arte parodiado, una genialidad de don Carlos Reyero, académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona y catedrático de Historia del Arte en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Madrid hasta 2019, por citar solo un par de los muchos méritos que le acreditan como especialista del arte del siglo XIX.
‘El arte parodiado’: Cátedra lanza el apasionante trabajo de Carlos Reyero
El ejemplar, subtitulado Humor y caricatura del mundo artístico en España, 1860-1938, es un denso y atractivo volumen de 444 páginas en las que el autor vuelca todo su acervo cultural, enfocado principalmente en la pintura de historia, las identidades culturales, nacionales y de género, los intercambios artísticos en Europa, los monumentos conmemorativos, la caricatura de prensa y el uso de imágenes en la construcción de discursos políticos.
Ya desde su ilustración de cubierta: “El crítico: ¡Estupendo, estupendo, estupendo! Pero no me diga lo que representa; solo quiero saber si es animal, vegetal o mineral” se anticipa el tono del volumen. Además de ofrecer una mirada inteligente sobre lo que aquellos mucho antes que nosotros supieron desarrollar a través de la crítica inteligente del humorismo gráfico, también se percibe en el ejemplar una inevitable y muy agradecida forma de enseñar a mirar el arte con otros ojos. Ayuda a su lectura la simplificación de terminología sofisticada.
Ello favorece el encuentro con una redacción en formato divulgativo, que a su vez se ve apoyada en la maqueta de la publicación -en este caso diseñada a dos columnas, y con una distribución polimórfica de imágenes- que terminan por dotar al trabajo de un acabado, en forma, y fondo, bastante espectacular, que pasa, también, por poner el acento en la originalidad en los títulos de algunos de sus capítulos, sobre todo a partir de su segunda parte, cuando arranca el epígrafe El estilo del humor.
Recomiendo mucho la lectura de este libro, que arriesga y gana, al poner en solfa, y de un modo tan elegante, la manera y modo de hacer crítica con pasión, sensatez y honestidad
En el mundo contemporáneo, la parodia ha acompañado con frecuencia a la recepción del arte, históricamente asociado con la seriedad. Este libro analiza el fenómeno como recurso humorístico, durante un periodo en el que estuvo omnipresente en la vida cultural y política española a través de la prensa.
El objetivo es reconocer cómo, por qué, para qué, cuándo y con qué consecuencias el imaginario artístico llamó la atención de los humoristas gráficos y suscitó tanta atención entre los lectores de periódicos. El humor aparece siempre ligado a la dualidad y al relativismo de nuestra posición ante un mundo inestable. Si todo aquello sobre lo que se bromea encierra un tabú, la utilización del mundo del arte como objeto de risa pone de manifiesto los temores de su incomprensión y, al propio tiempo, la fascinación que suscita.
Esa dualidad es uno más de los desdoblamientos y de los constantes cambios de posición del ser humano, ligados a una inseguridad por la pérdida de un canon: el que ríe es objeto de risa, el observador es observado, el poder se convierte en contrapoder, lo serio se transforma en cómico. En definitiva, la risa es ambigua. Quién sabe si lo que nos hace reír hoy nos hará llorar mañana.
Por todo ello, recomiendo mucho la lectura de este libro, que arriesga y gana, al poner en solfa, y de un modo tan elegante, la manera y modo de hacer crítica con pasión, sensatez y honestidad. Y por la oportunidad de traerlo al presente. Es mucho para los tiempos que corren.
