¡Mis queridos palomiteros! ‘El sonido oculto’: Toni Acosta y Omar Ayuso impecables en este thriller. El pasado 29 de marzo el respetable del abarrotado Teatro Pavón valoraba la calidad global de El sonido oculto el día de su estreno en Madrid. Contribuyen a la producción del espectáculo TALYCUAL, TXALO, LA LEONA MADRE y LA ALEGRÍA.
Se trata de un muy atractivo thriller psicológico que maneja con soltura el reconocido autor cordobés, Juan Carlos Rubio (Queen Lear, 2022; Shakespeare nunca estuvo aquí, 2013), director de la pieza teatral en la que vuelve a demostrar sus cualidades como adaptador -espléndido su trabajo en Anfitrión (2020)-, del mismo modo que de nuevo ha sabido rodearse de los mejores en su oficio.
‘El sonido oculto’: Toni Acosta y Omar Ayuso impecables en este thriller
En el caso que nos ocupa, Rubio adapta la obra de teatro del guionista estadounidense de 54 años Adam Rapp, The Sound Inside (2018), cuyo autor resultó finalista del Premio Pulitzer en 2006 con el texto Red light winter.
Por su lado, El sonido oculto narra las andanzas de Julia Martín. Tiene 50 años y es profesora de escritura creativa en la prestigiosa Universidad de Salamanca. Entre libros de Dostoievski y el frío invierno castellano conoce a Hugo Barroso, un misterioso y anárquico estudiante suyo -en el primer curso de su carrera universitaria-, que la visita a conveniencia en su despacho y así buscar con ella inspiración para su novela.
Desde el punto de vista externo, la puesta en escena de este montaje -sobria pero muy bien ajustada en su estética escenográfica gris situada en el foro -gestionada por Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán– se combina a la perfección con el mobiliario universitario, de tono más claro, lo cual hace que esta sutil combinación de elementos funcione especialmente bien, puesto que consigue recoger el tono justo que requiere la atmósfera y la ambientación de la historia.
La puesta en escena del montaje consigue recoger el tono justo que requiere la atmósfera y la ambientación de la historia
A ello contribuye el afinadísimo ejercicio de equilibrismo con el diseño de iluminación de Nicolás Fischtel, que dota a la escena de pequeños detalles que, al final, son símbolos por los que transita, a su medida, el inquietante relato, que a su vez se encuentra apoyado por el espacio sonoro del que se ha responsabilizado Mariano Marín (Premio Max 2021 por Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban) y ganador de un Goya por el corto Nada que perder (2002).
Todo ello, especialmente esta fusión de luz y sonido, permite que se vaya tejiendo una telaraña de sensaciones locas que solo dos solventes intérpretes, con amplio y destacado recorrido profesional, pueden mantener el pulso.
Bravo por el esforzado y ejemplar trabajo de Toni Acosta y bravo por las réplicas de Omar Ayuso. Ambos muestran, de largo, sus capacidades actorales, y también lo más importante, es decir, la química que se da entre ellos, lo cual hace que la historia respire siempre bien
Por todo lo expuesto, podemos ya hablar de otro gran éxito de Juan Carlos Rubio. Y de una muy buena propuesta, se mire por donde se mire, que va a sorprender al respetable, que a nadie va a dejar indiferente. Hasta el 14 de mayo de 2023.
