Calle Federico Tapia. Comienza en la plaza de Galicia y termina en Juan Flórez. 73 números. 450 metros. 15005. Pateamos por una de las arterias del Ensanche.
El coruñés Federico Tapia fue alcalde de la ciudad durante un breve espacio de tiempo, en la Primera República. Pero en ese mandato, entre 1872 y 1873, tomó una decisión que marcaría el futuro de A Coruña: derribar las murallas y permitir así la construcción del Ensanche. Qué mejor calle para recordarlo, pues, que esta vía que por aquel entonces empezaba a nacer. Aquella zona nueva de la ciudad, conocida hace décadas como Huertas de Garás, es ahora una de las más cotizadas. Según un portal inmobiliario, en Federico Tapia están dos de las viviendas de nuestra ciudad que superan el millón de euros de coste. Aunque en esta calle comercial y de buena hostelería y con muchos despachos, oficinas y consultas médicas, es más fácil encontrar a alguien de paso que a algún vecino.
Edificios y zonas singulares
El Colegio de Abogados tiene su sede en esta calle, y el toque exótico lo ponen los consulados de Suecia, Dinamarca y Noruega, objeto a veces de manifestaciones de marineros jubilados. Centenaria es la parroquia de la Divina Pastora, la de los Capuchinos, con presencia en Federico Tapia desde 1918.
La delegación del Colegio de Arquitectos, también está en esta calle, en el número 64. Cerca del inmueble, edificios singulares que bien valen el estudio de estos profesionales como el de la Casa Barrié (1916).
Precisamente a uno de los arquitectos más destacados de la historia de A Coruña está dedicada la plaza Antonio Tenreiro, cuyo estado no hace honor a uno de los principales diseñadores del Ensanche de principios del siglo XX. Este espacio sin apenas uso contrasta con la actividad de la vecina plaza de Vigo, en cuyos bajos está, con entrada desde Federico Tapia, uno de los parkings subterráneos veteranos de A Coruña, construido a principios de los 80.
Calle comercial
Uno de los aspectos que más destaca en Federico Tapia, con sus altibajos, es el comercio, variado, constante y a veces heroico. Aquí sobreviven dos galerías comerciales, la que da a la plaza de Ourense y un laberinto entre edificios que desemboca en Linares Rivas.
Aunque en la calle y en sus galerías también abundan los locales vacíos, algunos como el del emblemático bar «El Toro», cerrado recientemente
Mucho tráfico, sin nostalgia del carril bus
Federico Tapia es de sentido único, y a ella se llega desde el acceso de Alfonso Molina o la calle Castiñeiras. La alternativa a Linares Rivas no es, para nada, ancha, y la doble fila ha sido siempre un mal endémico.
Un gobierno local eliminó el aparcamiento superfluo a la fuerza, entre 2008 y 2011, con el carril bus, cuyo primer tramo arrancaba nacía en esta zona. El vial exclusivo para autobuses ayudó a recortar frecuencias de paso, a costa de eliminar plazas de aparcamiento y de velocidades que algunos vecinos veían excesivas. Hoy en día, solo el bus 4 recorre íntegramente esta vía por la que llegaron a transitar ocho líneas, y las aletas azules de tiburón se han cambiado por letras “e” naranjas que señalizan la calle como Vía Prioritaria Vigilada. Así, varias cámaras detectan y multan al que se quede un minuto más del necesario fuera de sitio.
Centro de salud e itinerario peatonal
En el número 73 de Federico Tapia se encuentra el centro de salud de referencia para el Ensanche. El ambulatorio continúa en un bajo y nada hace pensar en que se trasladará a algún lugar de A Falperra, tal y como se prometió.
Próximamente, por esta zona discurrirá el itinerario peatonal que se construye entre A Falperra y Cuatro Caminos. Una rampa conectará directamente Juan Flórez con Federico Tapia. Se salvará el desnivel por encima del muro que separa las dos calles justo hasta la parte en la que está el centro de salud. Quizá se pueda interpretar como una implícita declaración de intenciones de que el equipamiento sanitario no tiene visos de subir al monte del Gurugú.