Calle Sebastián Martínez-Risco. Comienza en Enrique Mariñas Romero y termina en el Lugar de Cernadas. 12 números. 450 metros. 15009.
Sebastián Martínez-Risco Macías era un jurista ourensano que no pasó a la historia por su formación como juez, sino por su labor en el ámbito literario. Este poeta y ensayista fue presidente de la Real Academia Galega en 1960, y fue él quien decidió que cada 17 de mayo se celebrase el Día das Letras Galegas, que inauguraría en el 1963 Rosalía de Castro. El Ayuntamiento aprobó el nombre de esta calle como definitivo en abril de 1999, hace ya casi 20 años, cuando este barrio comenzaba a ser una realidad, con sus primeros edificios levantados.
Este “académico”, tal y como aclara la placa en el extremo con Enrique Mariñas, comparte con un periodista, un militar o una profesora este barrio de historia reciente pero identidad propia.
Todo comenzó con el Liceo
La actividad de esta calle de Matogrande la inauguró, antes de que existiese el barrio, un colegio: el Liceo La Paz.
Fundado en 1967, se ubicó en el valle de La Paz. La zona, según recoge la prensa de la época, se conocía como As Cernadas, Polígono de Elviña o Finca de Los Lagos, nombre que todavía conserva una residencia de estudiantes anexa al centro.
El Liceo, al que antes se accedía por una carretera propia, ha pasado el medio siglo de historia y por él, varias generaciones de familias. Nació hace 51 años por la necesidad de ampliar una academia y actualmente tiene 2.200 alumnos. Lo contaba en esta entrevista Ignacio Gay, director técnico del Liceo La Paz:
El problema de la triple fila
La actividad escolar de esta ancha calle genera también el mayor de sus problemas: el tráfico. Muchos de los alumnos del Liceo son de fuera del barrio, lo que, en horas de entrada y salida al col, genera un movimiento de vehículos extra al que ya soporta todo Matogrande. La actividad laboral y hostelera es muy superior a las plazas de aparcamiento disponibles.
La triple fila en esta calle de doble sentido es más que habitual, y la policía local se despliega por momentos para ejercer un trabajo disuasorio o que, al menos, los vehículos respeten las plazas de carga y descarga o los pasos de cebra por donde cruzan muchos niños.
La alternativa, cuando es posible, está en el transporte público. Solo una línea se adentra en Matogrande, la 1A, que para en la rotonda que divide en dos Sebastián Martínez-Risco, donde se cogen los taxis. También se accede con facilidad gracias a las líneas 1, 4 o 12A por Camilo José Cela.
Negocios y, sobre todo, bares
Como en el resto de Matogrande, en Sebastián Martínez Risco predominan los bares como el negocio más frecuente, aunque también se pueden ver una peluquería, dos farmacias, una librería o una zapatería. También hay una residencia para mayores, al lado, curiosamente, de un parque infantil.
Servicios para todas las edades que hacen de esta calle y de este barrio un lugar de peregrinación para el que la futura apertura del Parque Ofimático supone uno de los grandes retos a medio plazo. El barrio, todavía sin habitar, se ve desde el final de Sebastián Martínez Risco.
Pese a la acumulación puntual de de vehículos, Sebastián Martínez Risco es un lugar familiar, tranquilo y con buenas terrazas en el que a nadie de los que para por aquí de paso le importaría vivir. Eso sí, mejor con plaza de garaje.