Calle de la Torre. Comienza en el Campo da Leña y termina en Orillamar. 600 metros. 15002.
(Este reportaje fue emitido en COPE Coruña el 30/5/2017)
Una comparsa constante de peatones
Siempre hay atascos puntuales en esta estrecha vía por la que pasan siete líneas de bus entre un tránsito constante de peatones cruzando. Miles de personas pasan cada día por la calle de la Torre, entre un conjunto de edificios y alturas un tanto caótico. En el aspecto urbanístico, no es la más agraciada, pero su encanto interior es incontestable.
En Carnaval, no cabe un alfiler en este lugar en el que se inventó el concepto de ‘choqueiro‘, cuando disfrazarse estaba prohibido. Palau, Paredes, Finita, Rogelio, César Sanjosé… son los más representativos de una tradición que siguieron miles de anónimos en el 15002.
Bares y jamonerías como seña de identidad
Los bares de la calle de la Torre se llenan cuando es Carnaval… y también cuando no lo es. Hay uno, como mínimo, en cada manzana.
Aquí el chateo es casi una institución y la mejor forma de conexión entre vecinos y amigos. Quedan en el recuerdo tascas ya desaparecidas Odilo, Gambrinus, Satélite… y siguen la tradición otros bares, además de número nada desdeñable de panaderías o jamonerías.
En la calle de la Torre había hace décadas un lavadero, frente al cuartel de Intendencia del que sólo queda una fachada y una garita. Sobrevive la pequeña gasolinera, a la que se ha sumado un cargador de coches eléctricos en el que nadie recuerda haber visto un sólo vehículo cargando la batería.
Todo esto, lo cuentan unos vigilantes de primera: los jubilados habituales de los bancos que hay frente a la biblioteca vecinal, siempre abarrotados cuando pasa lo más duro del invierno.
Los veteranos ven a los que esperan al bus en la extraña isleta del medio de la calle. Ven la cola que se forma en la farmacia 24 horas. Y ven pasar a los niños que entran o salen de clase en el Curros Enríquez o también a grandes y pequeños con guitarras, clarinetes o violines. Son los alumnos de la Escuela Municipal de Música, que ponen banda sonora de jazz al barrio.
La parroquia de Santo Tomás Apóstol
Hay un edificio de la calle de la Torre que estuvo recientemente de aniversario: 75 años cumplió en 2017 la parroquia de Santo Tomás Apóstol, con su iglesia en forma de trapecio que desempeñó un papel clave en la historia de esta zona de historia obrera y apuros económicos.
De la historia del templo hablaba en COPE Coruña el párroco de Santo Tomás Apóstol, José Ángel Peña:
De compras con aceras más anchas
Y, por encima de todo lo anterior, la calle de la Torre es una vía comercial, una de las principales de Atochas-Monte Alto. Cada vez se ven aquí más negocios nuevos, entre los veteranos, y todos desean encontrar la fórmula para no cerrar de forma prematura.
El mayor cambio se produjo en el primer tramo, donde el Ayuntamiento ensanchó las aceras y cambió el pavimento. En este tramo, el paso se complicaba. Era habitual ver a la gente invadir a la calzada para poder pasar o apartarse si pasaba un bus. No había sitio.
Se echa de menos más mobiliario urbano o algo de verde para dar color al nuevo gris. En esta parte de la vía, ni siquiera hay esos pequeños árboles colocados desde la biblioteca vecinal.
La reforma ha eliminado las pocas plazas de aparcamiento que cabían entre los edificios. Y también desaparecen algunos pasos de cebra que se pintaron hace menos de un año: se difuminan como si estuviesen disfrazados de calzada.
Pese a todo, aquí se respira un ambiente de comunión como pocos. Porque todo coruñés sabe que quien tiene un amigo de la calle de la Torre, lo tiene para toda la vida