Calle Fernando Macías. Comienza en la avenida de Fisterra y termina en la avenida Calvo Sotelo. 35 números. 250 metros. 15004.
Un atajo con nombre liberal
La calle Fernando Macías se dedica a uno de los participantes en el levantamiento liberal de 1846 contra el presidente Ramón María Narváez. Una sublevación sin éxito. Tras la derrota de las tropas en la batalla de Cacheiras, sus líderes fueron fusilados y pasarían a la historia como los mártires de Carral. Macías se salvó, aunque estuvo casi diez años en prisión por estos hechos. Y, al final, su vida terminaría en 1869, por una desafortunada puñalada de un guardia al que no le gustó un reproche.
Así las cosas, la calle dedicada a este desconocido personaje histórico comenzó a levantarse en los años 30. Entonces, arrancaba de la avenida de Lombardero, que era como se conocía parte de la avenida de Fisterra. En su momento, se concibió como un atajo necesario a Ciudad Jardín sin exponerse al viento de Riazor. Todavía hoy es una de las rutas preferidas por la gente hacia esta zona de la ciudad.
Calle de comercio y solidaridad
Zona de paso, pero también de destino. En Fernando Macías no falta el comercio variado, las oficinas y las clínicas sanitarias, de todo tipo, tanto en bajos como en alguno de los pisos. Desde una librería con solera a una tienda erótica, pasando por academias de inglés, bufetes de abogados o una grifería. Y cómo no, aquí no faltan los bares de toque moderno y rótulos en otro idioma.
O una tienda de segunda mano solidaria, de Cáritas. Arroupa, se llama el proyecto. De él habla el director de Cáritas Diocesana en Santiago, José Anuncio Mouriño:
El aparcamiento imposible
Lo mejor es venir andando o en el bus, en alguna de las tres líneas que paran aquí, al lado de la plaza Maestro Mateo.
Porque, aunque hay zona azul a ambos lados, la actividad es mayor que el sitio disponible. De ahí, que Fernando Macías tenga un curioso mérito: ser una de las calles en las que la videocámara pone más multas a los coches en doble fila.
El tráfico es constante, y para evitar la multa, o la falta de sitio, los comerciantes de Fernando Macías saben que tienen que hacer un esfuerzo a mayores. Por eso, muchos se ven forzados a alquilar una plaza de garaje para no tener disgustos o retrasos en la actividad diaria.
Y andar no es mal consejo. Con aceras anchas, bancos para sentarse y árboles, Fernando Macías es perfecta para incorporar al paseo diario
La reforma más polémica de A Coruña
Entre todos los edificios, destaca uno, enorme, que hace esquina en curva con la avenida de Fisterra. Despojado ahora de su nombre, fue conocido durante muchos años como Edificio Conde de Fenosa. Originalmente fue la sede social de Unión Fenosa, y se construyó en 1961 con un estilo muy diferente. Aquel inmueble racionalista, con paneles de vidrio y toques azules, daría paso a un gigante de imitación ecléctica, con galerías, torreones, cornisas y aleros.
Y, pese a lo enorme del conjunto, lo que más destaca de la antigua sede de Fenosa es lo que no se ve. La licencia concedida para rehabilitar el edificio fue irregular y sobre él pesó durante casi dos décadas la amenaza de derribo, que por fin se ha disipado. Del silencio, la preocupación y la impotencia de cientos de inquilinos, se pasó al alivio o a la rabia de comprobar cómo funciona la justicia.