Gazpacho Andaluz. Aunque está suficientemente demostrado, anoche, el adjetivo calificativo –andaluz– de esta especialidad culinaria, quedó más que patente el gran arraigo popular que este plato tiene en la cultura gastronómica andaluza. Fue en el transcurso de un acto en la sede de la Fundación Cajasol de Sevilla organizado por la Academia del Gazpacho Andaluz (AGA) que preside el reputado restaurador sevillano Juan Robles, donde el prestigioso periodista Ezequiel Martinez, presentado por el presidente de la Fundación SAVIA, Paco Casero, pronunció una sensacional conferencia exaltación dedicada a esta sopa fría. En el mismo acto la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, fue nombrada Académica de Honor, así como la incorporación a la AGA de José Esquina, Antonio Martín, Paco Casero y Ezequiel Martinez, como nuevos académicos.
La creación de esta nueva academia gastronómica constituida el pasado año, no es, ni muchísimo menos, baladí como algunas personas pudieran pensar. La puesta en marcha de esta entidad es sumamente importante; es una idea que de no haberse constituido, necesariamente tendría que inventarse. Porque la AGA es una herramienta útil y necesaria para, además de reivindicar la paternidad andaluza del plato en cuestión protegiendo así a una importante seña de identidad gastronómica que poseemos en Andalucía heredada de nuestros antepasados, tener la “excusa” de promover y promocionar los distintos productos agroalimentarios andaluces con los que se elabora el referido plato. Y de esta forma apoyar y defender, que buena falta le hace, a ese importantísimo sector como es el agroalimentario del que depende muchas familias para vivir y tanta riqueza nos está proporcionando a los andaluces; y no todos lo valoran en su justa medida. Porque, no solo a diario si no varias veces al día, cuando comemos lo hacemos gracias a esas personas dedicadas a la agricultura, la ganadería o la pesca que están ahí constante y continuamente trabajando en silencio para garantizarnos en todo momento esos alimentos con los que nos sustentamos y en pocas ocasiones –por no decir ninguna– nos acordamos de ellos.
Por eso la AGA tiene un papel primordial, como así los valoraron en sus respectivas intervenciones tanto los cuatro nuevos académicos que tomaron posesión, como la propia presidenta de la junta de Andalucía, quien tras su nombramiento como Académica de Honor, no ocultó su pasión por el Gazpacho Andaluz
Pepe Oneto