He de confesar que siempre he sido y, a pesar de todo, sigo siendo un entusiasta admirador de Victoria Abril. Porque realmente nos ha hecho pasar gratos momentos con su trabajo. Y esas más de cien películas, más de veinte series, Premio Goyas, Premio Concha de Plata, Oso de Plata, Premio del Cine Europeo, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, etcétera, lo demuestra.
Pero viéndola en una entrevista que le hicieron el pasado sábado (27 de febrero) en “La Sexta Noche”, me sentí defraudado por la sarta barbaridades que dijo en ese interviú sobre esta dichosa pandemia que padecemos a consecuencia de ese maldito coronavirus con ese discurso negacionista sobre la epidemiología, diciendo que la vacuna contra el covid-19 no vale absolutamente para nada porque “habrá más muertos con vacuna que sin vacuna” que no se iba vacunar “ni loca”; que no se pone la mascarilla porque éstas están hechas con elementos cancerígenos; en respuesta al entrevistador, Iñaki López, cuando éste dijo que según los expertos que estaban en el programa “aseguran que el confinamiento funciona y que la vacuna es la panacea y que será la que nos permita recuperar nuestra vida normal”, ella, casi interrumpiéndolo dijo rápida y contundentemente: “mentira”, contradiciendo así a los versados en el tema en cuestión presentes en el programa, que asombrados por sus declaraciones no daban crédito a lo que escuchaban. Bueno y otra sarta de pamplinas y repugnantes estupideces propias de una majarona que, por ello, no quiero repetir.
Mi buen amigo, el director del Laboratorio de Enfermedades Emergentes de Zaragoza, el doctor Juan José Badiola, no salió de su asombro cuando conoció sus declaraciones, quien dijo al respecto, entre otras cosas, en “Más vale tarde” que “no sabe lo que está diciendo»; pero si sabía lo que estaba diciendo Juan José. Lo que está haciendo es aprovecharse de ese negacionismo para su propia conveniencia
Porque, no, de majara nada; esta mujer está muy bien de la cabeza ya que ha demostrado tener una gran capacidad intelectual, sabe y es perfectamente consciente que todo eso que dices son mamarrachadas que ni ella misma se las cree. Lo que pasa es que con esas jilipolleces vertidas adquiere notoriedad y de esa forma se le tiene más en cuenta ahora que quiere retornar a España. Por cierto, ¡pretende regresar a su país y lo haces de esta forma: sembrando el pánico, despotricando sobre la pandemia que padecemos, haciendo, de esta forma, daño a quienes le acogeremos!
Me parece lamentable y vergonzoso que utilice estas artimañas para adquirir notoriedad ahora que quiere volver, con el objetivo que se le tenga en cuenta a fin de lograr relanzar su carrera en España, en esta era luctuosa que padecemos menospreciando a la cantidad de muertos que han fallecido solos, sin que los familiares de éstos lo hayan podido despedir; las innumerables personas que han estado y están luchando por su vida durante meses en las UVI de hospitales; al personal que ha estado y está trabajando duro por salvarles la vida; el desprecio a esos científicos, como el profesor Badiola y tantos y tantos que trabajan duro y contante por sacarnos de esta situación; las miles de empresas cerradas, especialmente en el sector de la tan castigada hostelería; los innumerables puestos de trabajo perdidos; las miles de familias arruinadas; las cola del hambre que esta pandemia está provocando… No se da cuenta esta mujer que, al ser una persona muy popular y por ello hay gente que todavía cree en ella, que con ese discurso y esas mentiras, a sabiendas, les está metiendo el miedo con las vacunas.
Señora Abril, si quiere notoriedad utilice otros artilugios o triquiñuelas que no perjudique a nadie, sea honrada mujer. Y sino, asuma dignamente que su tiempo laboral ya ha concluido y dedíquese, como todos cuando llegamos a esta etapa de la vida, a vivirla dignamente de otra manera aprovechando su talento –que lo tiene– en este tiempo de júbilo para hacer otras cosas. Aun estas a tiempo de rebobinar y no fastidiar, como lo estás haciendo, a los demás.
Oneto