Aída Gómez es propietaria de El Tocador Vintage y comenta que “siempre hay alguna chica que le cuesta un poco más. Pero por lo general no. Cada vez nos volvemos más prácticas y preferimos recuperar algo de dinero y no ocupar espacio en casa.”
Con este motivo se le ocurrió esta idea: ayudar a las novias a vender sus vestidos de novia. “Me pareció que es una prenda que merece mucho la pena para la venta de segunda mano. Su valor inicial es muy alto y solo se utiliza un día”, explica Aída.
Es probable que si te vas a casar te eche para atrás la idea de llevar un vestido de segunda mano. Pero no por ser de segunda mano, sino porque lo haya llevado otra novia antes y seas algo supersticiosa. Aída indica que hay alguna que otra novia que se encuentra con esta situación. Pero más que las novias “son las madres y suegras las que tienen un peor concepto y se resisten un poco más”.
¿Cuánto dinero te pueden dar por tu vestido?
El motivo principal por el que muchas novias optan por vender sus vestidos de novia es el dinero. “Recuperar dinero a la par de no ocupar un espacio que hoy en día ya no tenemos, ya que las casas cada vez son más pequeñas”, asegura Aída.
Pero ¿Cuánto dinero podrías conseguir por tu vestido de novia? “Normalmente se venden a un 50% de su precio original, entre 800 y 1590€”, afirma la diseñadora. Aída explica que la gama que trabajan en El Tocador Vintage es alta. Por lo que la cantidad de dinero que puede recuperar una novia por su vestido no va a ser bajo. “Si un vestido te ha costado 3000€, la dueña puede recuperar al menos un tercio”, comenta. Aunque indica que también poseen secciones más económicas con precios de entre 200 y 1000 de vestidos nuevos pero de calidad inferior.
Requisitos para vender tu vestido
Los vestidos de novia de segunda mano que buscan en El Tocador Vintage son muy actuales. A poder ser de los últimos dos o tres años. Eso sí, “el límite está en diez años de antigüedad dependiendo de si encaja en estilo y precio. Buscamos un estilo muy romántico pero con un toque moderno y también boho”, cuenta Aída.
Sin embargo, no vale cualquier vestido. “Deben estar perfectamente limpios y en perfectas condiciones», aclara Aída. «De no ser así – continúa – la venta resulta muy complicada. Cualquier mancha o enganche, por pequeño que sea y que esté a la vista, hace que la prenda resulte casi imposible de vender”. Además, tan solo es posible hacerlo entre los meses de octubre y enero.
Por último y por lo que a la talla respecta, según Aída, es complicado conseguirlas todas. “Hacemos lo imposible por conseguir pero lo que más encontramos son 36, 38 y 40”, dice la diseñadora. Por lo que es difícil que las consigan más grandes. La explicación que Aída le encuentra a este problema, por pensar en algún motivo, es que “muchas chicas adelgazan mucho para la boda”.