El diseño de las invitaciones, el vestido de novia, las flores, la canción para abrir el baile nupcial, la canción para entrar al banquete… Son detalles que se pueden decidir sin ningún tipo de norma a tener en cuenta. Al fin y al cabo, los novios pueden tomar la decisión que más les apetezca. Pero ¿Qué ocurre con la música si te casas por la Iglesia? ¿Tiene que ser exclusivamente música religiosa?
A muchos se nos vienen a la cabeza temas instrumentales, bandas sonoras de nuestras películas favoritas… Incluso hay quienes tratan de reproducir en su llegada al altar hasta el himno de la Champions, como le han llegado a pedir al párroco Óscar Valado, Responsable de Música del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, y a otros tantos curas.
Algunos sacerdotes se muestran más flexibles ante esta cuestión. Pero Óscar es tajante: la música de la Iglesia debe ser litúrgica. “Las bodas por ser un sacramento – explica – deben ajustarse a las orientaciones litúrgico-musicales que da la Iglesia”. Tiene que ser religiosa porque, tal y como afirma Valado, “la celebración está acompañada de ritos”. Por ello, “hay que salvaguardar el carácter sagrado del sacramento”.
El Nessun Dorma, canciones de Queen, Memorias de África, Gladiator, Crepúsculo… Son temas que se piden bastante y que, además, los músicos proponen en sus repertorios. Sin embargo, y a pesar de que Óscar reconoce que le encanta Queen, “poner el We Are The Champions no es lo más adecuado”.
Más tiempo para organizar la ceremonia
Elegir la música de la ceremonia es igual de importante que escoger los detalles de los invitados, las flores, el vestido… Y así lo reclama Óscar. “Apenas se dedica tiempo a preparar la celebración: seleccionar las lecturas apropiadas, el formulario que más les guste para el rito del matrimonio, la disposición del lugar, elegir la música…”. Para Óscar es importante dedicar tiempo a la organización de la celebración del matrimonio. De esta forma, “se disfrutará muchísimo más lo que se celebra”.
La música adecuada
Como se ha señalado, la música debe ser exclusivamente religiosa. Para el Responsable de Música del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia no cabe ninguna excepción. Por tanto ¿Cómo se organiza la música litúrgica? Óscar aclara que el sacramento del matrimonio, dentro de la misa, incluye:
- el canto de entrada.
- Gloria (si es domingo o solemnidad).
- Salmo responsorial.
- Aleluya.
- Aclamación al finalizar el rito del sacramento.
- Santo.
- Cordero de Dios.
- El canto de comunión.
En cambio, cuando el sacramento del matrimonio se celebra sin misa “las intervenciones musicales se reducen al Canto de entrada, Salmo responsorial, Aleluya, Aclamación al concluir el rito y Comunión (si se distribuye). A lo que hay que añadir el Ave María, según la costumbre del lugar, como un canto de acción de gracias”.