Toda boda requiere siempre de un plan B. De esa forma, en caso de que falle el plan A podremos contar con otras opciones. Lo mismo ocurre con la previsión del tiempo. Es de vital importancia tener otro plan en caso de que llueva. Si la boda se va a celebrar al aire libre, es preciso que haya preparada una carpa u otro salón para trasladar el banquete o el cóctel. Sin embargo, la lluvia no solo afecta a la celebración de la boda, sino también a aspectos como el de la fotografía. Para los fotógrafos la lluvia siempre es un contratiempo porque cambia la forma de tomar las instantáneas.
Adrián Sánchez es fotógrafo de bodas y siempre le gusta improvisar dependiendo de la cantidad de lluvia. “Me gusta hacer fotografías en el exterior aunque llueva. Siempre y cuando los novios no se mojen ni se estropee el peinado y vestido de la novia”, explica. Para Adrián, los días de lluvia aportan un toque más romántico y desenfadado. Además, te permiten “crear efectos con un flash externo que de otra manera sería imposible”. En cambio, la lluvia continúa siendo un aspecto negativo porque “suele reducir el tiempo de la sesión de fotos”. Por eso, al final se acaban tomando más imágenes en el interior de la Iglesia o la finca.
La lluvia y el tono de la luz
Y ya se sabe que si llueve, el cielo se llena de nubes y, a veces, de colores grises. En cambio, para Adrián eso no supone un inconveniente. “En realidad, la iluminación en días de lluvia con el cielo encapotado es bastante buena – comenta -. No es mejor que un atardecer de última hora, pero para mi gusto, si es mejor que la luz de sol fuerte y dura que puedes encontrar a las seis de la tarde en verano”.
Sí que es verdad que, tal y como indica Adrián, “quizá no puedes hacer algunas fotos tan creativas mezclando luces y sombras. Pero es una luz muy homogénea que favorece el rostro de los novios”. En cambio, ese cielo gris que dejan los días de lluvia sí que es un inconveniente para las fotos de interior. “Hace que llegue muy poca luz y que tengas que disparar con flash la mayoría de las veces”, afirma Adrián.
El paraguas siempre a mano
Llueva o no llueva, siempre es necesario tener un paraguas a mano. Por lo que pueda llegar a pasar. A Adrián nunca le falta en su maletero. Y si puede ser transparente o blanco mejor. “Así va a juego con el vestido de la novia – dice Adrián -. De esa forma, se pueden hacer fotografías muy originales y románticas”. Es más, muchas veces “los novios se sorprenden cuando ven el resultado en las fotografías con lluvia y paraguas”, asegura Adrián. Por el contrario, si no llevas paraguas “será imposible realizar fotos en el exterior porque se pueden estropear los trajes y el maquillaje”.
Eso sí, cuando contrates a tu fotógrafo habla siempre con él del tema lluvia para que os advierta de los posibles cambios que puedan surgir. Y lo más importante, antes de casarte se previsor y comprueba qué tiempo va a hacer en vuestro gran día. Sino, siempre es posible hacer una sesión post-boda para todas esas fotos que la lluvia no ha permitido hacer.