No dejaré que los controladores aéreos me quiten la ilusión por volar o por coger aviones. El tema de la aviación lo llevo muy dentro, y no porque me haya enamorado de la colección de Burberry de invierno cuyo leit motiv es la chaqueta aviador, sino porque mi abuelo era aviador y mi tío abuelo Fernando, también aviador, fue el que auxilió al escritor Saint-Exupéry en el desierto (más tarde se publicó la novela de ‘El Principito’).
Con este blog quiero remarcar que hay mucho más en el mundo de la aviación que unos controladores aéreos que nos amarguen el verano. El mundo de la aviación marca tendencia.
Las lacas de uñas más ‘cool’ del momento se llaman Uslu Airlines. Se venden en la ‘concept store’ parisina Colette. Sus record de ventas son la de color azul fuerte y la rosa flúor, que brilla en la oscuridad.
Quién diría que Iberia seguía las tendencias… en la flota de esta línea aérea hay una serie de aviones ‘vintage’. No os asustéis, ni son de hélice, ni se asemejan a los de los primeros bocetos de los hermanos Wright, sino que están pintados como los primeros aviones, con toque ‘retro’ años 60.
En Ibiza, el lugar más ‘in’ es el DC10. Este local transformado en discoteca está estratégicamente situado en la ruta de aterrizaje de los aviones que llegan a la isla Pituisa. ¿Resultado? Cada vez que llega un avión, lo sobrevuela a pocos metros, tanto que te vibra la copa. Entre sus fans que acuden a la sesión de los lunes, que se llama Circo Loco, está en clan de los Casiraghi.
Las azafatas de vuelo suelen estar al día con las tendencias de todo el planeta, ya que las viven de primera mano. Patricia Mari Pino supo aprovechar esta gran suerte y ha creado su propia firma de gargantillas. Se llama Myoki (pronunciado ‘Maioki’) y los elabora a mano, uno a uno, con cuentas de colores o de plata, que consigue en sus viajes a distintos países de Hispanoamérica.
El mundo de la aviación va a estar en los titulares de las páginas de Estilo del verano, y ahí no figuraran los controladores aéreos. Ellos que sigan a lo suyo, intentando amargarnos el verano, que por más que lo intenten, no van a poder quitarnos la ilusión.